Que nadie se arañe, pero realmente en el tema de las vacunas y su aplicación en el Perú, estamos en nada.
Ayer, el presidente Sagasti y sus ministros hablaron hasta por los codos sobre conversaciones, avances, pre acuerdos, etc etc, pero concretamente nada. Seguimos en el limbo. Mientras tanto, Chile, México, Ecuador, Argentina, Colombia... se aprestan, desde este fin de mes a darle trámite a los primeros lotes de vacunas que llegarán a sus terruños.
¿Que pasó con el Perú?
Es indudable que aquí, en primer lugar hay un problema de gestión. Vizcarra y su gente, así como los empresarios que se nuclearon en el Comando Vacuna, deberían dar cuenta al país de lo que hicieron y no hicieron, de sus aciertos, errores y negligencias.
En segundo lugar, hay que sentar en el banquillo a los golpistas del congreso. Su labor de zapa contra la administración Vizcarra, las intentonas golpistas, la choteada a Cateriano y su equipo, las invitaciones, por quítame estas pajas, a los ministros del moqueguano, el golpe final y las consecuencias sociales y políticas que se derivaron del mismo, todo ello significó una pérdida considerable de semanas, días y horas.
Mientras en el Perú se procesaba a todo viento esta crisis política, los otros países latinoamericanos amarraban la compra de las vacunas. Un país como el Perú, con 3 presidentes en una semana, sencillamente no era un buen interlocutor en una negociación de alto nivel. No se estaban comprando panetones o computadoras. Globalmente hay miles de miles de millones de dólares en juego en un mercado desigual, de tiburonazos, anchovetas y lornas.
Este es el tercer factor en juego. En un orden internacional injusto, antidemocrático e inequitativo, el mercado de las vacunas refleja esas profundas desigualdades, donde los que imponen condiciones son los países que tienen plata. Que las poblaciones de Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá o Europa estén ahora siendo vacunadas, o estén próximas a ser inyectadas, es una manifestación de ese poder. Hay un acaparamiento, un secuestro, de las vacunas. El que puede, puede. Se afirma, no sin razón que Norteamérica, el Reino Unido y Canadá han monopolizado de tal manera los antídotos que tienen vacunas hasta para vacunar tres o cuatro vceces a sus habitantes.
¿Y el humanitarismo?
Estamos hablando del mercado capitalista. Ya el viejo Marx señaló en el siglo XIX que en el capitalismo lo que prima es "el frío interés, el cruel pago al contado". Hace unos días, una alta funcionaria de la Organización Mundial de la Salud admitió con mucha franqueza que la llamada solidaridad global ya no existe. Esta es la razón por la que se calcula que el 90% de 67 países de bajos recursos no tienen esperanzas de vacunarse en el 2021.
Hay que admitir que Chile, Ecuador, México, Argentina...han movido bien sus fichas en ese mercado. Juega a su favor el no tener una jauría como la que se ha posicionado en el congreso, cuya voracidad de poder no tiene límites. Ahora están apuntando contra la presidenta de dicho órgano, y contra el mismo Sagasti.
Aunque ustedes no lo crean.
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