Como siempre, a la burguesía peruana y a sus peones de brega, los políticos, Lima les quedó chicote para sus francachelas. Así ha sido siempre. Luego de despellejar a sus trabajadores, o en este caso, después de amasar fortuna en el negociazo de la educación superior, lo que viene es darse la gran vida en los yunaítes, las europas, o a donde te lleve el cuerpo pidiendo trago, baile, mujeres y otras cosillas más...
Eso es lo que pasa con los Acuña, los hijitos del impresentable dueño de la Vallejo y de Alianza para el Progreso, sorprendidos en Miami, al lado de su peón de brega, el congresista Valdés, en una soberana cuchipanda. ¿Y la pandemia? ¿Y el reclamo de los trabajadores agrícolas por mejores salarios y condiciones de vida?¿Acaso APP no es uno de los partidos hegemónicos en el establo congresal que aspira a ser gobierno a partir de las elecciones de abril?
Que se vayan a la mierda, habrán dicho; de lo que se trata ahora es despedir el año a todo dar, donde no hayan restricciones cojudas como en el Perú, seguramente que pensaron. Y a Miami se ha dicho, a buscar mujeres, trago, baile...
¿Y por qué digo que así ha sido siempre? Los memoriosos, a los que apelo siempre, recordarán a Marianito Prado, el hijo del mayor banquero de los años 50. Sus juergas, en el Perú y en el extranjero, ocupaban siempre las primeras planas de los diarios de esos años. Y alguna vez, en Ancón, le sacó la cabeza a una bañista por demostrar las bondades de su yate. Y no pasó nada.
En los años 20, frente a la pampa de La Quinua, reflexionando sobre el drama del Perú, el historiador Riva Aguero, le tiraba dedo a la burguesía que le sacaba el jugo al Perú, y que iba a despilfarrar la plata en Europa, donde, encima, se avergonzaban de ser peruanos.
Y si alguno dudara de lo hasta aquí dicho, les recomiendo leer a tres novelistas peruanos: José Diez Canseco, Alfredo Bryce y Oswaldo Reynoso, cuyas novelas de bandera, Duque, Un mundo para Julius y En octubre no hay milagros respectivamente, están dedicados a revelar los intríngulis livianos y escandalosos del mundo de la burguesía peruana. Para el crítico Tomás Escajadillo, los textos citados se ubicarían, literariamente hablando, en la línea de las novelas antiburguesas. Bryce y Diez Canseco, señala Escajadillo, "conocieron a fondo esos ambientes", que luego llevarían a la ficción en sus trabajos literarios.
Resumiendo, la conducta de los Acuña y de su operador Valdés, no es pues nueva. El país y sus pueblos no les interesa, salvo para hacer plata. Que los Acuña sean provincianos, y que sus fuentes de acumulación sean diferentes a los que se mueven en el ámbito de la minería, la banca,el extractivismo...es secundario. Los vemos en los hechos. El capital los deshumaniza, los pervierte. Por eso es que tienen plata como cancha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario