martes, 30 de enero de 2018

EL FILO DE LOS RECUERDOS


Es una obligación casi religiosa asistir a los almuerzos ultimahoreros organizados por el siempre juvenil Justo Linares Chumpitaz. El periódico desapareció en los 80, pero entre los aguiluchos de esos años, que tuvieron en sus manos la responsabilidad de llegar con la primicia hasta el más humilde de los hogares, quedan el filo, la sandunga de esos tiempos pendencieros.Por eso es que en esos convites no nos invade la añoranza huera, sin sentido, al contrario uno se entona con las remembranzas, especialmente con aquellas que por su trascendencia nos son útiles para enfrentar los desafíos del presente.

En la última cita, por ejemplo, para mi fue tonificante enfrascarme en una larga conversa con el chino Fowks y Víctor Escalante. Los recuerdos cayeron en cascada, llegando hasta los propios orígenes del periódico que nos cobijó y sus fundadores. Cómo no reconocer la creatividad de esos muchachones, la mayoría estudiantes sanmarquinos, que en los años 50, supieron audazmente enchufarse con los gustos de una población en transición.

Como bien lo señaló Escalante, la revolución ultimahorera tenía referentes en el exterior. Pero el toque de lo genuino, de la aclimatación a los espacios urbanos peruanos, en especial el capitalino, lo dieron esos jóvenes periodistas. Eran los años, recordemos, en que la vieja Lima con sus acartonamientos sociales y culturales estaba en plena retirada. Emergía un nuevo mundo, el de los provincianos, convertidos en los nuevos limeños. Poblaban los cerros, los corralones, tugurizaban caserones y callejones, pero ahí estaban, multicoloreando la vieja ciudad española, dándole una dinamicidad inédita al capitalismo en desarrollo.

Y ahí estaba Última Hora, dándole en la yema del gusto a los viejos y nuevos limeños, a sus gustos y requiebros, a sus buenas como a sus malas artes, al nuevo lenguaje que brotaba desde las orilllas de la ciudad, pero que en Última Hora alcanzaría un singular estatus. ¡Chinos como cancha en el paralelo 38¡ ¡Llegó Tongolele con el que le toca el bongó! ¡No hay chin chin para Chan Chan! ¡Tren dividió a profesor de matemática! ¡Golpeaba con la izquierda y jalaba con la derecha!...fueron algunos de los titulares con los que el periódicos se metió el público al bolsillo.

Como no reventarles cuetes a esas fiestas gastronómicas últimahoreras. Cómo no decirle gracias a don Justo Linares Chumpitaz, el de la iniciativa, que a partir de este año se extenderá al diario La Prensa, el hermano mayor, con los que convivíamos en la famosa Cueva de Baquíjano: jirón de la Unión 745.

¡Justo presidente! me sumo al grito que cerró el almuerzo del sábado pasado.

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