jueves, 20 de enero de 2022

CLIMA DE VIOLENCIA

 

La noticia ha dado la vuelta al mundo. Un sujeto que dice ser periodista porque trabaja en un diario limeño, ha exhortado a quien desde ya califica de “héroe nacional”, a meterle un balazo al presidente Castillo para acabar de una vez con su gobierno.
 
Como es de suponerse, el hecho ha merecido el rechazo total. No hay quien no se rasgue las vestiduras frente al suceso, condenándolo de diferentes formas y llamando a las autoridades a investigar y sancionar al criminoso individuo.
 
Lo que no se dice es que fenómenos de esa naturaleza no se explican por si solos. Son el producto de un contexto determinado, preñado de violencias verbales y físicas practicadas por los partidos de derecha y sus capitostes desde que las cifras indicaron que habían perdido las elecciones presidenciales ante justamente el maestro Castillo.
 
No olvidemos que fueron las autoridades electorales las primeras que sufrieron el escarnio público de los seguidores de los partidos y candidatos derrotados en las urnas. Acoso e incluso agresión física que fue en crecimiento conforme, desde la derecha y ultraderecha, se tejía el tramado del llamado fraude electoral, denuncia que el Ministerio Público acaba de archivar por no tener fundamento.
 
Está escrito, además, que en el momento más alto de esa escalada violentista, hubo candidatos que desde una tribuna pública llamaron a perseguir y matar comunistas, como expresión de un afiebrado como visceral anticomunismo primario.
 
Y nadie le puso el cascabel al gato. Como tampoco dijeron mucho cuando connotados periodistas o intelectuales democráticos, incluyendo al ex presidente Sagasti, fueron vilmente acosados cuando se aprestaban a presentar sus últimos trabajos bibliográficos en conocidas librerías miraflorinas.
Gran parte de los medios de comunicación, algunos de los cuales han puesto el grito en el cielo por la amenaza lanzada contra el presidente Castillo, tienen una gran responsabilidad en la expansión de ese negacionismo violentista. 
 
Al darle cabida a las falsas noticias de fraude, o a las declaraciones fantasiosas de los líderes derechistas, fueron alimentando las voluntades de aquellos fanáticos que piensan que los problemas sociales se resuelven a punta de pistoletazos, a combo y patada limpia.
 
En ese clima violentista, que no está siendo adecuadamente confrontado, hay que ubicar la exhortación a liquidar físicamente al presidente Castillo. Como también, en ese mismo ambiente, ha agarrado fuerza un racismo y un segregacionismo de origen colonial, que tiene como eje de referencia al maestro chotano, pero que se extiende a todos los oriundos de Sierra y Selva.
 
¿Qué hacer ante estas amenazas antidemocráticas? 
 
Si partimos de la constatación de que las fuerzas derechistas y ultraderechistas, que han creado ese clima violentista, tienen hoy un importante posicionamiento de poder en la estructura estatal, parapetados como están en el congreso, donde maquinan como sacarse de encima al presidente Castillo, es indudable que habrá que nadar contra la corriente. 
 
Ese es un desafío que las fuerzas democráticas y progresistas tendrán que asumir para desbaratar la arremetida violentista, pero como parte de una labor de mayor amplitud, que alcance otros espacios sociales. 
 
Si el Ministerio Público, por ejemplo, ha sido capaz de desmontar legalmente la pantomima del fraude electoral, puede asimismo asumir la responsabilidad de investigar y llevar ante los tribunales a los violentistas. Sea cual sea la bandera que asuman.
 
Esa tarea, sin embargo, no puede estar divorciada de las denuncias y esclarecimientos en el seno de las organizaciones populares. Es necesario que la ciudadanía conozca la verdadera catadura de quienes presumen liderazgos democráticos cuando realmente hacen el papel de levadura ideológica del violentismo fascista en el Perú,
 
Puente Piedra, 20 de enero de 2022

jueves, 16 de diciembre de 2021

QUINTACOLUMNISTAS

 

En los primeros meses de expansión de la pandemia del coronavirus en el Perú, no fueron pocos los que entendieron que estábamos afrontando una verdadera guerra. No veíamos al enemigo, pero éste, desde las sombras, sembraba dolor y muerte en nuestras filas. Más de 200 mil hombres y mujeres de todas las edades han caido en esos  combates por la vida y la salud.

A diferencia de esas circunstancias iniciales, hoy conocemos más a nuestro letal adversario, e incluso estamos mejor parados que entonces. La vacunación anunciada de niños entre los 5 y 11 años a partir del próximo enero, luego de haberse vacunado exitosamente a más del 70% de la población objetivo, nos revelan que vamos bien, pero que podríamos estar mejor.

¿Y porque no estamos mejor?

Porque conforme los vacunadores han avanzado, adecuadamente pertrechados con las vacunas contra la Covid19, se han encontrado con poblaciones que se muestran renuentes a aceptar los antídotos. Ayer nada más, los responsables de la campaña sanitaria en las serranías de Piura manifestaban su alarma por una contracampaña negacionista que se orienta a bloquear la vacunación, y que ha logrado que los alcances de la misma en esos lugares sea limitada.

Lo mismo está ocurriendo en la Amazonía, donde incluso un médico, ex congresista por añadidura, fue sorprendido mientras vociferaba pestes contra las vacunas y la vacunación, llamando a los pobladores a no dejarse vacunar.

Si aceptamos la idea de que afrontamos una guerra a muerte contra la Covid19, es indudable que hay que desenmascarar  y neutralizar a esos quintacolumnistas, que desde la filas ciudadanas complotan contra la defensa de la vida y la salud de los pueblos del Perú.

Esos quintacolumnistas, abiertos o embozados, apelan a la sinrazón para sembrar el terror en nuestras filas, además de convocarnos a hacer caso omiso de las restricciones que el gobierno ha decretado para multiplicar el número de vacunados. Ante estos antivacuna, que como vemos se han constituido en una amenaza real contra la salud pública, hay que ser firmes, no hay que concederles ni un milímetro de espacio, ni darles tregua alguna.

Ahora bien, contra la sinrazón, el oscurantismo y la ignorancia, de la que esos sectores hacen gala, hay que esgrimir el pensamiento científico y los avances tecnológicos, que a nivel mundial han neutralizado lo que por momentos fue un avance arrollador de la peste; que en el mismo Perú, sin caer en triunfalismos, explican la contención al coronavirus.

En el seno de las masas, hay que escuelear, explicar, persuadir, usando todos los medios masivos de comunicación, los tradicionales y los modernos, empleando los diferentes idiomas que maneja la ciudadanía del Perú de todas las sangres.

En estas campañas, los líderes de nuestros pueblos están jugando un papel excepcional,  hay que seguir apoyándose en ellos. Los apus de las comunidades amazónicas, los dirigentes de las comunidades campesinas, o los líderes de las organizaciones sindicales y populares sea cual sea su naturaleza, son las bisagras naturales que nos vinculan con la población objetivo que debe vacunarse.

Asimismo, en este terreno, hay que deslindar, de un lado con el nefasto papel que está cumpliendo el golpismo ultraderechista, que poniendo por delante sus intereses mezquinos de deslegitimar al gobierno del presidente Castillo, se orienta a desbaratar el plan de restricciones de emergencia sanitaria decretado últimamente, que ha permitido multiplicar la vacunación en Lima y provincias.

De la misma manera, se tiene que sacar al fresco el comportamiento erróneo de Perú Libre, que merced a una lectura libresca de la situación política, y pretendiendo desmerecer el trabajo sanitario de los llamados caviares, a los que les han puesto la puntería, le ponen zancadillas a la labor del Minsa.

Como se sabe, desde el congreso ambas fuerzas quieren, mediante leguleyadas, traerse abajo las restricciones que exitosamente se están aplicando. Dichas fuerzas, cada cual desde sus respectivas trincheras ideológicas, soslayan que estamos en una situación de emergencia, excepcional, ante la cual hay que privilegiar el bien común, el interés del conjunto.

Que quede en claro. Una persona, hombre o mujer, tiene derecho a no vacunarse, pero a lo que no tiene derecho, sabiendo que potencialmente puede ser un vector de la peste, es a contagiar a los demás, sean sus familiares, amigos, vecinos, o simplemente anónimos ciudadanos con los que se puede coincidir en algún centro comercial.

Finalmente, la inminente vacunación de los niños, nos obliga a acrecentar esos esfuerzos esclarecedores. Millones de ellos, de acuerdo a lo programado por el gobierno, se aprestan a volver a clases después de dos años terribles, que los ha afectado educativa y socialmente, como también en el plano de la salud mental No hay que permitir que los quintacolumnistas frustren el regreso a las aulas de esos niños y adolescentes que ya perdieron bastante. Que vuelvan a sus escuelas y colegios a retomar el camino de su desarrollo con la seguridad de estar protegidos ante cualquier contingencia sanitaria.

Puente Piedra, 16 de diciembre de 2021

 

lunes, 13 de diciembre de 2021

QUE NO NOS JODAN

 

Muy de temprano, y casi a la carrera llegué al supermercado a comprar pan, y nada más que pan, el café caliente esperaba. Tuve que dar media vuelta, no me dejaron entrar porque no había llevado mi carnet de vacunas. Caballero nomás, me dije, la salud de la colectividad está por delante. Lamentablemente, no toddos pìensan igual. Ayer pude esuchar, desde Cajamarca, a una irritada señora que apelando a las refritas tesis conspirativas protestaba airadamente por las resctricciones sanitarias aprobadas por el gobierno. Y por la noche, cuando me disponía a meterme al sobre una congresista de Perú Libre sustentaba su moción de decirle ¡No! a esas restricciones, coincidiendo lastimosamente, en este tema, con los trigloditas de Renovación Popular, si si, esos mismos que piensan pasar a cuchillo a los rojos, rojimios y rojetes...
 
Estos tíos no han entendido que estamos en una situación de emrgencia, de excepcionalidad sanitaria, en la que está em juego la vida y la salud de trentaitantos millones de habitantes. La pademia ya se levantó a más de 200 mil peruanos, algo así como 4 estadios naionales repletos de aficionados. Que a otros tantos miles los ha dejado medio turumbas, pese a que salvaron el pellejo, mientras que la salud mental de tutilimundi está en ascuas. ¿Y los millones de escolares que ya han perdido 2 años de estudios mientras sufren en sus hogares los rigores de la excepcionalidad?
 
Seguramente que el gobierno no podrá llevar del cuello al vacunatorio a los que se resisten a vacunarse, pero a lo que si están obligadas las autoridades es a velas la vida y salud de los que queremos protegernos y proteger a nuestros familiares, amigos, vecinos...Los antivacuna y congéneres tienen derecho a no vacunarse, pero a lo que no tienen derecho es a jodernos la vida.
 
Bienvenidas esas restricciones. El bien común está por delante. Como bienvenidas sean todos los esfuerzos para llevar la vacuna hasta el último rincón del país, empleando incluso todas las herramientas interculturales de la que se dispone para persuadir a nuestros conciudadanos de Sierra y Amazonía, impactados a la mala por las sectas religiosas que pululan por esos pagos.
 
En estos escenarios de emergencia hay que reconocer la labor eficiente del gobierno del presidente Castillo y de su ministro de salud, el doctor Cevallos. ¿Donde está el secreto? A mi entender, en que dejaron de lado el complejo de Colón. No había nada que descubrir. Sagasti y Ugarte abrieron trocha en lo que se refiere a vacunas, vacunación y vacunadores. Castillo y Cevallos siguieron esa senda, perfilaron lo que había que perfilar, corrigieron lo que había que corregir, manteniendo en lo fundamental los equipos de trabajo aunque incorporando sus propios cuadros. Y saltaron a la cancha, teniendo en mente que ese era y es el problema fundamental a resolver en la coyuntura de emergencia que vivimos: poner a salvo al hombre como componente clave, fundamentral,, de nuestras fuerzas productivas.
 
¿Por qué se opone Fuerza Popular? Bueno, estos tíos, como parte de su estrategia golpista se van a oponer a todo lo que haga el gobierno de Castillo. Una vez más demuestran que lo que menos les interesa es es la vida y el futuro de nuestros pueblos. En noviembre del año pasado, cuando la pandemia nos azotaba con furos, mandaron a su casa al entonces presidente Vizcarra. Ahora, quisieron hacer lo mismo con Castillo, pero a pesar de haber sido derrotados persisten en su labor de zapa, aunque estemos amenazados por la tercera ola y variantes de la peste mucho más agresivas.
 
¿Y Perú Libre? El dogmatismo del que hace hala, su desconocimiento de la realidad viva, palpitante, de nuestros pueblos y de los fenómenos económicos, sociales y sanitarios en su devenir concreto, los hace patinar; sin desconocer una buena dosis de sectarismo. Como sabemos, para dicha organización el ministro Cevallos forma parte de la cuota caviar enquistada en el gobierno del maestro chotano, y de la que no solamente hay que tomar distancia sino malearlo hasta desprenderse de él.
 
Como decían los mayores de mis tiempos juveniles: cada loco con su tema. Pero que nos nos jodan

jueves, 9 de diciembre de 2021

SALVADO POR LA CAMPANA

 

Hablando en términos pugilísticos, al presidente Castillo lo salvó la campana. Cuando todo indicaba que estaba al borde del nocaut, sus movidas políticas de último momento, y los propios errores del golpismo ultraderechista, le permiten seguir en la pelea, pero seriamente magullado y advertido.

O cambia, o se va, le han dicho los propios dirigentes de los partidos cuyas bancadas congresales, con sus 76 votos -contra los 46 de los golpistas- le salvaron el cuello en el último pleno congresal.

Cambiar es la voz, nadie lo duda. Pero las interrogantes que fluyen son: ¿en qué cambia el presidente? Y, ¿hacia donde cambia su gestión ? Partidos como el de Acuña, la tienen clara. Lo acaba de manifestar el propio Acuña: el gobierno, sostiene, tiene que olvidarse, por ejemplo, de su convocatoria a una Asamblea Constituyente.

No ha soltado más prenda, pero con lo revelado ya es suficiente para darse una idea de hacia dónde quiere que Castillo enrumbe el barco. El dueño de la Vallejo aspira a que el presidente Castillo siga navegando en las aguas de lo establecido, de la quietud del  statu quo. En otras palabras, el mandatario debe olvidarse de sus reformas electoralmente prometidas. Para un hombre como Acuña, acostumbrado a los chalaneos y traiciones de la política criolla, esos giros  no constituyen problema alguno.

¿Y con qué gente debe rodearse el presidente en la cabina de mano? Todos saben que uno de los talones de Aquiles del maestro chotano es su poco cuidado en la selección de sus hombres de confianza. Ha preferido al cuadro del partido que lo postuló como candidato presidencial, al paisano, al amigo, al familiar, al maestro antisutep…

Pues bien. Uno de los dirigentes de Acción Popular que tuvo un tete a tete con el presidente antes de la votación del pasado martes, ha sido claro. Le ha mostrado el abanico de posibilidades que existen en el mundo empresarial, académico, profesional, etcétera para escoger adecuadamente a los técnicos que necesita su gestión.

No hay que tener 5 dedos de frente para entender que esos técnicos no se mueven en el marco de las mismas coordenadas ideológicas y políticas del presidente Castillo, al contrario. Son hombres del sistema, les interesa la eficiencia, el pragmatismo, las cifras macroeconómicas en azul y nada más. Es decir, están impregnados del mismo espíritu de los tecnócratas neoliberales que desde los años 90 han tomado el Estado por asalto.

Ahora bien, Perú Libre, cuya bancada coqueteó con la vacancia presidencial, pero que finalmente se alineó con el maestro y rondero, tiene también su visión de cambio para la presente coyuntura. En términos puntuales: si Castillo se convirtió en un apóstata al alejarse del ideario y de las propuestas de campaña, pues es hora de que vuelva al redil. Nada de lo que ellos llaman derechización del régimen y alianzas con los caviares debe quedar en pie. El partido debe volver al gobierno.

Formalmente, la pelota está en la cancha del presidente Castillo. Realmente no es así, en tanto que la palabra de los pueblos del Perú, los grandes protagonistas de la historia, no ha sido todavía escuchada con fuerza en la presente situación política.

La ultraderecha ha pretendido movilizarla y utilizarla para sus fines sediciosos. Pero, como siempre ha ocurrido, la derecha lo que ha buscado son clientelas, gente desesperada por ganarse unos cuantos soles a cambio de su presencia y sus gritos. Es decir, no ha buscado ciudadanos.

Desde las canteras de la izquierda la presencia de gremios y colectivos de ciudadanos en contra del golpismo, así como las opiniones de intelectuales y personalidades democráticas, demostraron, una vez más, las fortalezas de sectores sociales que a pesar de mostrar  desencanto con el gobierno del maestro Castillo, salieron a calles y plazas a defender su elección, el voto ciudadano, al mismo tiempo que le cerraban el paso a los conspiradores.

Pese a ello, si se es consciente que la ultraderecha golpista, derrotada el martes pasado, volverá a intentar vacar al presidente Castillo, quizá sumando más votos, es evidente que no hay que sentirse satisfechos con las movilizaciones populares últimas con todo lo importante que hayan sido.

Lo que queremos decir es los pueblos tienen que ponerse el alma en esta lucha democrática contra los sediciosos. La amenaza del fascismo no es una fantasía. Las avanzadillas reaccionarias de prontuariados y ex militares han ganado presencia en las calles; mientras los partidos golpistas a los que sirven afinan sus relaciones con la internacional fascista que se va vertebrando en esta parte del mundo.

En ese contexto, dándole el rostro a los intereses de esos pueblos, a sus aspiraciones, dramas y sueños, el presidente Castillo tiene la obligación de mejorar su gestión,  dotándola de las herramientas modernas de gobernanza,  y de un norte político claramente definido.

Finalmente, sin renunciar a su vocación de transformación como quiere la derecha, ni de hacerles concesiones al infantilismo izquierdista, el profesor chotano tiene que perfilarse como el gran líder de las jornadas que se orienten a sentar las bases de un nuevo país. El profesor Castillo ha entrado a la historia por la puerta grande, que no lo arrojen de ella por la puerta falsa.

Puente Piedra, 09 de diciembre de 2021

jueves, 2 de diciembre de 2021

EL APÓSTATA

 

El presidente Castillo está contra las cuerdas. La feroz embestida de la ultraderecha, y los propios errores de gestión del mandatario, lo han colocado en una difícil situación. Si hasta hace algunos días el anunciado golpe congresal parecía una locura, un globo de ensayo para calcular fuerzas en el congreso, hoy, la vacancia presidencial estaría a tiro de piedra.
 
El poder mediático de esa derecha, con informes calculados que dejan más dudas que certezas, han terminado sin embargo por minar las defensas del profesor chotano, en un contexto donde las fronteras entre sospecha y culpabilidad han sido barridas por el accionar mafioso de partidos y políticos pendencieros. 
 
En ese sentido, la credibilidad, la confianza total en el maestro y rondero han sido puestas en tela de juicio por esos informes, en los que movidas nocturnales del presidente no lo dejan bien parado. Peor todavía cuando su ex secretario ha resultado ser una verdadera joya para las pesquisas fiscales.
Y esto era lo que buscaba el golpismo, al que poco o nada le interesa la verdad. Para sus fines sediciosos a la derecha le importa el ruido, el escándalo, el estrépito, el tumulto. Para ello controla la prensa, la TV, la radio, como emponzoña también las redes sociales; mejor todavía si hay fiscales, jueces, defensores del pueblo, intelectuales, gremios empresariales, etcétera, dispuestos a sumarse a la comparsa conspirativa.
 
Lo cierto es que de hacerse realidad el golpe congresal, el Perú se hundiría más en el descrédito, al colocarse de facto al nivel de cualquier republiqueta bananera. 5 presidentes en 5 años no es motivo de orgullo en ninguna parte del mundo. Lo que evidencia que en 200 años de vida republicana no hemos aprendido a hacer de la democracia una forma de vida y convivencia digna. 
 
Ello, porque en manos de quienes dirigen el país la democracia ha terminado por convertirse en una verdadera pata de cabra, con las que se destapan todas las puertas del poder. Para estos fines, los tanques y las bayonetas han pasado a un segundo plano. Son las bancadas congresales, y los votos de multicolores congresistas de nebulosos orígenes, los que hoy deciden lo que es blanco y lo que es negro, lo que es verdad y lo que es falso. 
 
Porque, valgan verdades, en esos procesos de vacancia, en cada uno de ellos, ha estado presente esa despiadada lucha por el poder, para satisfacer intereses particulares y corporativos de los sediciosos y sus encumbrados amigotes. Unos quieren librarse de la cárcel, acogotados como están por la justicia. Otros quieren seguir engordando la billetera a expensas del Estado, al que niegan, pero al que muy bien utilizan para sus fechorías, aunque los pueblos se pudran.
 
Cierto. A estas alturas del partido, debe quedar en claro que a la burguesía nativa y a sus operadores políticos y mediáticos poco o nada les interesa el presente y el futuro del país y sus ciudadanos. Lo dijeron Mariátegui, el joven Haya, Basadre, el primer Riva Agüero… en el siglo XX. Para esos sectores, el Perú siempre será una isla guanera, una mina, un yacimiento de petróleo, una factoría…Y los peruanos sus cholos baratos, a los que simplemente hay que exprimir. 
 
En otras palabras, hay que reconocer que el capitalismo en el Perú, que echó sus bases en el siglo XIX no ha logrado alumbrar una burguesía verdaderamente democrática. Lo que hemos tenido, y tenemos, no son más que muñones de clase, siempre dispuestos a hacer de las dictaduras y regímenes autoritarios sus caballos de batalla. Con la dictadura fujimontesinista de los años 90 esa burguesía hizo su agosto. Consiguió de todo, hasta una constitución que para ella ha sido escrita en piedra, y por lo tanto es irrevisable. Volver a esos años dorados, donde tengan las manos sueltas y las carteras boyantes, es el gran anhelo de esa derecha, por ello están detrás de los golpes congresales. Los animan, los financian, los camuflan, les dan cobertura, como ocurrió hace un año con el golpe del inefable Merino. 
 
Ahora bien, lo que llama la atención en la presente coyuntura golpista es el rol que está jugando Perú Libre. Que los partidos de la Fujimori, López Aliaga, o Hernando de Soto trabajen rabiosamente por el golpe contra el maestro Castillo no llama la atención. Pero que en esa aventura participe también el sector cerronista de Perú Libre, el partido que llevó a Castillo al gobierno, resulta aparentemente inexplicable.
 
En esa búsqueda de respuestas, en principio hay que indicar que no es la primera, ni será la última vez, que una obnubilada izquierda radical, termine finalmente de furgón de cola de la derecha reaccionaria. Porque esto es finalmente lo que está sobre el tapete. 
 
A continuación, constatemos que el ala cerronista de Perú Libre – hay otro sector que está con Castillo- acusa al presidente de ser un apóstata, es decir de ser una persona que ha abandonado el ideario, el programa, las promesas electorales, levantadas por el partido. 
 
Como consecuencia de esa traición, dicen que Castillo se ha aliado con fuerzas reaccionarias y oportunistas, entre ellos, los repudiados caviares, -léase Cevallos, Francke, Vásquez, etcétera- Para el cerronismo, solamente la gente del partido, tipo Bellido, debe estar en el gobierno. Y como el partido no está hoy en el gobierno, no hay razón entonces para defender a un desleal, a un apóstata.
 
Con esa óptica tal elemental y tan alejada de la confrontación social, de su análisis concreto, si el presidente Castillo expresa la apostasía, el cerronismo es la expresión transparente de la ortodoxia, de la pureza partidaria, que hay que fortalecer y extender prioritariamente, sobre todo si se marcha a lo que denominan el segundo tramo de su recorrido al poder. 
 
El primer tramo, con Castillo, han evidenciado errores, no han sabido seleccionar a sus representantes. Han cargado hasta con un apóstata, al que, si leemos entre líneas, ya le bajaron el dedo. Si hay que vacarlo para seguir avanzando, pues hay que hacerlo.
 
En ese marco, sin alejarnos un milímetro del raciocinio cerronista, podemos afirmar que en los hechos, que son los que mandan, sobre todo si hablamos de política, el cerronismno está trabajando para la derecha golpista. Puede o no haber alianza con ellos, lo concreto es que las acusaciones contra el profesor Castillo, que las levantan aquí, allá y acullá, le quitan piso al presidente, minan su credibilidad. Y esto es exactamente lo que el golpismo derechista ha buscado, desde que el profesor y rondero asumió el mando gubernamental.
 
Finalmente, lo dijo el viejo Lenin, quien se supone es el maestro y guía del cerronismo: la pureza no existe, ni en la naturaleza, ni en la sociedad. De otra manera no nos hubiera dejado ese delicioso texto de deslinde y esclarecimiento sobre lo que llamó la enfermedad infantil del izquierdismo.
Puente Piedra, diciembre de 2021