sábado, 1 de marzo de 2014

LA TROIKA DE PALACIO



Creo que es un exceso verbal decir que el ex premier César Villanueva dejó o se fue del gabinete; lo cierto es que nunca estuvo enchufado en él o lo que es lo mismo nunca - aparte de ajustarse el fajín ministerial- pudo demarcar su territorio...

No es que a don César, -guadalupano de la G-63- le falten cualidades; tirios y troyanos reconocen sus capacidades políticas y de gestión en la región San Martín. ¿Qué pasó entonces?

La respuesta de su inacción, a pesar de su buena voluntad, la tenemos en la existencia de una troika de poder en el palacio de Pizarro, conformada por la pareja presidencial y el todopoderoso ministro de Economía, que ató de pies y manos al voluntarioso Villanueva.

En sus últimas declaraciones, echada ya su suerte, así lo deja entrever, como también lo sostiene - sin medias tintas- el Movimiento Nueva Amazonía, al que pertenece justamente el ex premier, que en un pronunciamiento publicado en los diarios de la capital denuncian que don César ha sido víctima de una "hostilización de parte de la Primera Dama Nadine Heredia y del Ministro de Economía".

Titular de economía, al que además señalan "como el enemigo público número uno de los trabajadores del Perú; y en el mayor obstáculo para la descentralización"

La troika, de entraña neoliberal, es la que realmente hace y deshace en palacio. Su última movida: aprobar el escandaloso aumento de sueldos de los ministros, negándose al mismo tiempo a revisar el estado de la remuneración mínima pinta de cuerpo entero al triunvirato. "Queríamos ampliar un país de asalariados antes que ampliar un país de vendedores ambulantes" ha dicho Villanueva, aunque un poco tardíamente.

Apoyando el aumento de sueldos a ministros y funcionarios, el jurista Aníbal Quiroga ha escrito que el amor a la patria "es retórica utópica que no funciona en ninguna parte del mundo. Ese funcionario tiene familia, aspiraciones, necesidades e hijos que mantener, alimentar, educar y recrear" (Velaverde, 24 de febrero de 2014, p.30).

Pregunto en voz alta: ¿los pobres del Perú, los que sobreviven con 750 soles, no tienen acaso los mismos derechos de ese funcionario al que se refiere el doctor Quiroga?

Atreverse públicamente a mostrar su disonancia en el tema del salario mínimo vital, fue el pecado que cometió don César. La troika fundamentalista le admitió la herejía internamente, mientras lo apapachaba y mecía en uno y otro sentido para neutralizar sus embates provincianos. Cuando Villanueva, harto de las mecidas quiso sacar cabeza, para ser el Villanueva que la región San Martín conoce, la moledora neoliberal lo botó, con roche, a sabiendas que las declaraciones de la señora Nadine y del ministro Castilla - "corrigiendo" a Villanueva- iban a provocar su renuncia.

La troika ha mostrado así su verdera catadura, después de ella, el diluvio..

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