DERECHISMO CULPOSO

En defensa de la compatriota Nadine, el presidente Humala ha enfilado sus baterías contra El Comercio y aquellos sectores que mediante una campaña "asquerosa" - así lo dice- quieren reducir a la señora a las funciones protocolares de primera dama. Lo que no se atreve a decir el comandante es que esos sectores son los mismos que lo apapachan, que le ponen los ministros con Castilla a la cabeza y que desde diferentes lados buscan ajustarlo más para que la conversión de su administración no sea solamente a medias - a decir de la derecha - sino total.

Desde esta perspectiva tiene razón Juan Carlos Tafur cuando escribe que "Ollanta Humala hará un mejor gobierno cuando no solo ejecute un programa de derecha, sino cuando lo asuma sin complejos" (Exitosa, 10-03-14, p.2).

Para Tafur, a ese giro a la derecha Ollanta tiene que ponerle alma, músculo, entusiasmo...

A mi juicio, el ajustón de la derecha se da desde diferentes ángulos. Desde el seno del mismo ejecutivo uniformando a la pareja presidencial y a los ministros con un pensamiento guía donde no hay espacio para la revisión del salario mínimo o para la atención de las demandas regionales, pero sí para entregarle el mar a los ocho pulpos que lo saquean, o para eliminar los estudios de impacto ambiental y las consultas previas en los proyectos del extractivismo neoliberal.

Pero también se da desde fuera, tratando, por ejemplo, de poner en su sitio a la primera dama, demostrando el poder de los medios de comunicación que se controlan, vitales en la hora actual para enderezar encuestas que hoy le son adversas a la pareja presidencial y que ponen en peligro el futuro político de ambos.

Siguiendo la lógica de Tafur, por su propia línea de carrera al converso comandante solo le queda un camino para arreglar sus problemas con la derecha: dejar de ser un derechista culposo y vergonzante...