domingo, 16 de marzo de 2014

CRISIS EN LAS ALTURAS

La crisis que atraviesa hoy la administración Humala es lo que se suele denominar crisis en las alturas, donde el pueblo como ente protagónico no tiene una participación activa, directa, vital, para su presente y futuro; muy por el contrario - esto es una debilidad- esas fuerzas aparecen como divorciadas de ese Perú oficial donde la partidocracia está midiendo sus fuerzas con mucho ruido pero con pocas nueces desde la perspectiva popular.

En otras palabras, estamos frente a un conflicto donde lo que está en juego, principalmente, son de un lado, el apego o no a las reglas de juego de la democracia burguesa por parte de la troika que controla palacio (el golpe va contra el protagonismo de la primera dama, la soberbia del gabinete, las denuncias contra el premier o la ministra Omonte); pero también está en el debate la participación o exclusión de aquellas fuerzas políticas derechistas que a pesar de estar con el modelo económico implementado por el humalismo se sienten como simples convidados de piedra en su implementación.

Omisión que se hace más ostensible en un contexto donde la tecnocracia neoliberal ha copado el ejecutivo, dejando en el limbo la presencia de los clásicos cuadros partidarios, justo en un momento de mayor agresividad del gran capital y de las transnacionales para sacar adelante sus llamadas reformas del aparato productivo. No es casual por ello que el ex presidente García esté planteando un gabinete de consenso para salir del atolladero en el que está metido la administración Humala.

Pero de otro lado hay otro tipo de movidas en el marco del conflicto, que tienen que ver directamente con las investigaciones en curso contra los líderes de los partidos en pugna. El señor Toledo ya se curó en salud: el apoyo de Perú Posible al oficialismo en el congreso, presente en los votos de apoyo al gabinete, son un indicador clarísimo de como marchan las cosas por ese lado. El aprofujimorismo quiere también algo de eso, sus algaradas individuales o colectivas no son gratuitas...

Finalmente, no todo es gris en esos escenarios del Perú oficial. Hay fuerzas que si bien han coincidido con el aprofujimorismo en la votación congresal, han sabido sin embargo distinguirse - a la hora de mostrar su disconformidad con el gabinete Cornejo- de sus compañeros de ruta. Me refiero a congresistas como Manuel Dammert, Verónika Mendoza y otros, que supieron levantar las banderas reivindicativas del Perú real: aumento del salario mínimo, no a la entrega del mar a los 8 tiburones que lo depredan, respeto a la consulta previa y los estudios de impacto ambiental, atención a las demandas regionales... demandas todas que constituyen una forma de enfrentarse realmente a las fuerzas económicas y políticas del gran capital.

No nos hagamos entonces ilusiones con el desenlace de la crisis en las alturas.

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