El jaque mate al fujiaprismo debió venir por el lado del adelanto
electoral planteado por el presidente Vizcarra. Sus vacilaciones a la
hora de mover sus fichas lo impidieron. Y quizás igual suerte iba a
correr su pedido de confianza en torno a la forma de elegir a los
miembros del TC, de no haber mediado los propios errores del
fujiaprismo. Enceguecidos por el poder pisotearon groseramente las
normas constitucionales establecidos para el trámite de esos pedidos del
Ejecutivo, y, como añadido maltrataron insolentemente al premier y a su
gabinete, quien tuvo que apelar a recursos propios de una asamblea
estudiantil para poder expresar a viva voz la razón de su presencia en
el hemiciclo. Derecho de hablar que le asistía, de acuerdo a la
constitución, pero que el presidente Olaechea quiso presentar como un
gesto de cortesía de su investidura.
Esa soberbia del fujiaprismo
y de Olaechea, convertido en su espadachín, fue la gota que colmó el
vaso de agua. Si el presidente Vizcarra, dejaba pasar esta oportunidad
para entrar a matar, iba a quedar como un pobre diablo. Legalmente, dado
el desarrollo de los acontecimientos, estaba facultado para disolver el
congreso. Los especialistas así lo señalan. Pero adicionalmente su
decisión estuvo también cargada de amor propio, de autoestima. No
solamente porque en una inusual presentación televisiva ya había
anunciado su decisión de cerrar el congreso si el caso lo ameritaba,
sino porque además en ese jaque mate va también la respuesta a la
campaña de ninguneo y descrédito de su gestión, y de su persona,
desarrollada sistemáticamente por el fujiaprismo y sus aliados.
¿La elección de la señora Aráoz como "presidenta interina" por parte del
fujiaprismo afectará la decisión adoptada por el presidente Vizcarra?
Las mafias y sus operadores fujiapristas no van a quedarse tranquilos y
tratarán de mover cielo y tierra para desacreditar y debilitar las
determinaciones del gobierno de Vizcarra. Legal y políticamente no las
tienen todas consigo. El congreso había sido oficialmente disuelto - con
publicación en El Peruano incluso- cuando tuvieron la ocurrencia de
sacar a la Aráoz para "juramentarla" como mandataria. Políticamente no
les va mejor. La explosión popular que se produjo en el país apenas se
conoció la noticia de la disolución del congreso, expresa los niveles de
descrédito y repudio que la mayoría fujiaprista se ha ganado a pulso.
Peor todavía si la señora Aráoz, tristemente recordada por los luctuosos
sucesos de Bagua, durante el segundo gobierno de García, no goza de
mayores simpatías al interior de las masas populares.
En cuanto
al gran empresariado, que a través de la Confiep había expresado su
interés por limar las asperezas de los antagonistas, en el entendido de
que ese ruido no era propicio para sus propósitos crematísticos, ese
empresariado, tan pragmático como siempre, no se va a hacer bolas con
Vizcarra. Sabe perfectamente que él es uno de los suyos, y que a
diferencia de la Aráoz, tiene en sus manos la manija del poder. Son
conscientes, además, que a pocos días de la revelación de los nombres de
los personajes que se esconden detrás de los codinomes que maneja
Odebrecht, más de uno de los ganapanes que estás detrás de la
"presidenta interina" va a salir mal parado.

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