Disculpen ustedes, pero ya estoy un poco tío como para tragarme el sapo
de la súbita internada de PPK en la clínica. Para mi, el gringo ha
querido impresionar a los jueces y al lornaje. Ahora que ya consiguió su
propósito: que no lo manden a un penal, vuelve a casita a seguir
haciendo de las suyas.El viejo Fujimori es un maestro de esos trucos,
pero al César lo que es del César: PPK se lo lleva de encuentro, toda su
vida de financista y de político se la ha pasado
sacando conejos de la chistera, así ha hecho plata. ¿Se acuerdan de la
tía que le agarró los cojones en su primera campaña electoral? Pues esa
movida fue trucada, a la ñori le pagaron sus buenos soles para pasar por
esa humillación, que a los machotes los impresionó, tanto que PPK subió
sus bonos electorales. Como suele decirse, el que puede, puede. Y el
gringo, a la hora de defender la bolsa de su gente, y sobre todo la
propia, -según quienes le han seguido los pasos desde que nació- es poco
o nada amante de las convenciones, leyes, reglamentos, normas,
protocolos. Ni cuando llegó a la presidencia de la República cambió.
Después del mediodía dejaba palacio, hacía deporte y se mandaba mudar a
su casa. Quienes querían verlo, sea quien sea, se veían obligados a ir a
buscarlo, lo encontraban semicalato y totalmente relajado. Es tan poco
respetuoso de las normas, que indultó a Fujimori zurrándose en toda la
normatividad existente sobre ese tema. Y se lo advirtieron, pero él,
erre con erre.Su vida es hacer negocio, hacer plata, sacar lonjas; y
logra siempre sus propósitos aunque se lleve de encuentro los
encuadramientos legales. Invariablemente encontrará una salida. Por eso
es que está donde está. ¿Se acuerdan que de buenas a primeras negó todo
tipo de relación con Odebrecht? Manuel Dammert, Juan Pari y Francisco
Durand, les conocen todas sus movidas, todas controvertidas y grises; el
desaparecido Javier Diez Canseco, en su momento, abrió la caja de
Pandora. Y últimamente Marco Sifuentes, le ha puesto la cereza a la
torta. Por eso es muy dificil, decía arriba, que me trague el sapo del
supuesto agravamiento de las dolencias de PPK; o que sea un santo varón
en lo que atañe cumplimiento de las reglas impuestas por el juez para su
detención domiciliaria. Toda su vida está llena de pendejadas, dentro y
fuera de los gobiernos de los que formó parte. Lo particular ahora es
que está usando bien, para sus fines,los ochentaitantos pirulos que
lleva encima, sus dolencias cardiacas o no, y como siempre, el color de
su piel. Conociendo a la perfección la idiosincrasia nuestra, la está
pintando de viejito indefenso, enfermo, sin familiares, sin un perrito
que le ladre. Tremenda lagartija.
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