Cuenta la historia que Diógenes, el Cínico, el filósofo griego que
gustaba vivir en extrema austeridad teniendo como morada un tonel, solía
recorrer Atenas con una lámpara en la mano y a plena luz del día. ¿Qué
buscaba el reconocido sabio? Pues nada más y nada menos que un hombre
probo, honesto...
Algo de eso tendrá que hacer la Comisión de la
Junta Nacional de Justicia, encargada por ley de seleccionar a los
futuros integrantes de dicha instancia,que tendrá a su cargo la delicada
tarea de nombrar y ratificar a los jueces y fiscales del país; a los
que por razones conocidas se les está exigiendo credenciales de
honestidad, en el fondo y en la forma. Como la mujer del César no
solamente tienen que ser honestos, también tienen que parecerlo.
Lamentablemente, hasta ahora no hay humo blanco, porque no hay candidatos que den la talla académica, profesional y ética.
Se pensó que de 113 candidatos, había uno por lo menos que estaba unánimente apto: el abogado Pedro Patrón Bedoya. Todo estaba listo para su juramentación, una nota periodística, sin embargo, arruinó la fiesta. El hombre está metido en unos líos judiciales de padre y señor mío, que la Comisión evaluadora había pasado por alto. "Yo informé de esos procesos, todo se aclarará" dijo en su defensa el abogado Patrón. Lo cierto es que hace algunos horas, ha renunciado a todo. No va más.
No creo que el escándalo amaine, al contrario irá en crecimiento. Los opositores a ese proceso de reforma, ya han lanzado el grito al cielo. La renuncia de Patrón inflamará los ánimos. Lo real es que más allás de esas disputas, las ciudadanía peruana se merece una explicación.
¿Cómo fue que el señor Patrón pasó todos los filtros? es una pregunta que cae por su propio peso. Si nos guíamos solamente por la entrevista personal, hubo rigor en esa etapa. Prácticamente los evaluadores pararon de cabeza a los postulantes. Vuelvo a preguntar: ¿Y cómo aprobaron al abogado Patrón cuando se supone que la comisión tenía a la mano todos los antecedentes de los candidatos, más aún, si el mismo interesado afirma haber revelado la existencia de esos procesos judiciales?
Sea como sea, lo objetivo es que la Comisión está nuevamente en cero. No hay hombres probos para conformar la Junta Nacional de Justicia. Sería bueno, a lo Diógenes, que vayan armándose con unas buenas lámparas para hurgar hasta los últimos rincones del país en busca de los candidatos ideales.
Se pensó que de 113 candidatos, había uno por lo menos que estaba unánimente apto: el abogado Pedro Patrón Bedoya. Todo estaba listo para su juramentación, una nota periodística, sin embargo, arruinó la fiesta. El hombre está metido en unos líos judiciales de padre y señor mío, que la Comisión evaluadora había pasado por alto. "Yo informé de esos procesos, todo se aclarará" dijo en su defensa el abogado Patrón. Lo cierto es que hace algunos horas, ha renunciado a todo. No va más.
No creo que el escándalo amaine, al contrario irá en crecimiento. Los opositores a ese proceso de reforma, ya han lanzado el grito al cielo. La renuncia de Patrón inflamará los ánimos. Lo real es que más allás de esas disputas, las ciudadanía peruana se merece una explicación.
¿Cómo fue que el señor Patrón pasó todos los filtros? es una pregunta que cae por su propio peso. Si nos guíamos solamente por la entrevista personal, hubo rigor en esa etapa. Prácticamente los evaluadores pararon de cabeza a los postulantes. Vuelvo a preguntar: ¿Y cómo aprobaron al abogado Patrón cuando se supone que la comisión tenía a la mano todos los antecedentes de los candidatos, más aún, si el mismo interesado afirma haber revelado la existencia de esos procesos judiciales?
Sea como sea, lo objetivo es que la Comisión está nuevamente en cero. No hay hombres probos para conformar la Junta Nacional de Justicia. Sería bueno, a lo Diógenes, que vayan armándose con unas buenas lámparas para hurgar hasta los últimos rincones del país en busca de los candidatos ideales.
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