Las
mafias y su peón de brega en el ministerio público, se equivocaron de punta a cabo si pensaron
que actuando al amparo de la noche y de las fiestas de fin de año - así
lo hacían Fujimori y Montesinos en sus años de esplendor- iban a
sorprender a la ciudadanía con su oprobiosa medida de expectorar a los
fiscales Vela y Pérez de las investigaciones de Odebrech. Los hombres y mujeres comprometidos con las
mejores causas del pueblo peruano, en particular con la lucha a muerte
contra la corrupción, les demostraron que estaban con las zapatillas
puestas para levantarse contra el zarpazo. Y así fue: en Lima, Cusco,
Arequipa. Ferreñafe, Huánuco, Ayacucho, Huancayo, Huaraz... la ciudadanía tomó las
calles. Se autoconvocaron a través de las redes sociales para lanzar
al viento la consigna que hoy moviliza a todo el país: ¡Fuera Chávarry
de la Fiscalía! y que está a punto de alumbrar sendos paros regionales, en ruta hacia un paro nacional.
En esa línea, los pueblos entienden que no hay otra salida, que la defenestración ¡ ahora! de Chávarry para que
los jueces y fiscales probos sigan avanzando en la lucha contra la
corrupción, y ver, por fin en la cárcel, a todos los capos de esa lacra y
a sus operadores de turno, ¡caiga quien caiga!
El sustento de esa
lucha está en las calles, en la unidad del pueblo combativo, pero la pelea va más allá, porque hay otros
frentes que pueden y deben comprometerse en la guerra contra la
corrupción, que las mafias quieren ahogar. Los fiscales supremos
Sánchez y Ávalos han dado la pauta: los magistrados probos,
particularmente los de las nuevas promociones, no pueden ponerse al
margen de ese batallar. Hay que quebrar la lacerante como antidemocrática jerarquía que
convierte a los magistrados de las instancias inferiores en meros soldados, dispuestos incluso, porque así lo
mandan los reglamentos y los usos y costumbres, hasta llevarle los maletines a sus jefes, o a cercenar sus derechos ciudadanos, porque en ese submundo excluyente, los de abajo no tienen derecho ni a voz ni a voto...
Por esa razón, el
repudiado Chávarry, sostuvo anoche, muy suelto de huesos, que le quita respaldo a los fiscales
Vela y Pérez, entre otras razones, porque se opusieron a su nombramiento como jefe máximo
del ministerio público. Es decir, para la cúpula de esa entidad, en la letra y espíritu de las normas dejadas por la dupla Colán-Montesinos, los
fiscales son simples chupetines de sus mandos, sin capacidad de pensar ni de hablar,
menos de pronunciarse sobre los problemas álgidos de sus instituciones, o en torno a la toma de decisiones.
Los fiscales Sánchez y Ávalos han dado en el clavo: hay que
democratizar esas instituciones. Los propios Vela y Sánchez, como los fiscales de diferentes instancias y puntos del país han señalado la ruta de esa insurgencia. Cuando se nominó a Chávarry como máxima autoridad del ministerio público y se conoció las denuncias de sus probables compromisos con la banda criminal "los cuellos blancos del puerto", la mayoría de magistrados de esa entidad se pronunció porque Chávarry diera un paso al costado mientras se desarrollaban las pesquisas correspondientes. Si se quería realmente defender la imagen de la institución, bastante venida a menos, Chávarry no podía estar al frente de esa entidad.
Esa es la flecha: en la crisis del ministerio público, los verdaderos protagonistas de la lucha contra la corrupción, no pueden dejar de decirle, en voz alta, a su cuestionado jefe que se vaya a su casa, y que se someta a todas las investigaciones que se estimen pertinentes, con el fin de dilucidar la naturaleza de sus relaciones con "los cuellos blancos del puerto". Investigaciones que deben desarrollarse en el marco de la reorganización del ministerio público. No hay otra salida. El pueblo, en las calles, lo está exigiendo,
Esa es la flecha: en la crisis del ministerio público, los verdaderos protagonistas de la lucha contra la corrupción, no pueden dejar de decirle, en voz alta, a su cuestionado jefe que se vaya a su casa, y que se someta a todas las investigaciones que se estimen pertinentes, con el fin de dilucidar la naturaleza de sus relaciones con "los cuellos blancos del puerto". Investigaciones que deben desarrollarse en el marco de la reorganización del ministerio público. No hay otra salida. El pueblo, en las calles, lo está exigiendo,
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