No, todavía no se puede respirar con tranquilidad. "La señora K" y
sus impresentables sufrieron ayer un revés político en el congreso, pero
no están vencidos. Le quedan las mañas mafiosas, las trampas, los
artilugios, el poder, para hacerle huecos a la moción de confianza
aprobada. Lo que si es irreversible es su descrédito galopante. Su
perfomance en el hemiciclo, vista en vivo y directo por el país, fue
para llorar. Puras piedras: incoherencias, insultos, amenazas, rasgadas
de vestiduras, mentiras al por mayor, amnesias...Al final, por los
intereses mafiosos, o por el salario y los privilegios no tuvieron otra
alternativa que votar por la confianza, aunque los más rudos se
abstuvieran o desaparecieran oportunamente a la hora de la votación.
Sostenemos por ello que todavía hay mucho pan por rebanar, no se puede
bajar los brazos ni caer en el triunfalismo. El resultado de ayer en el
congreso, debe ser entendido como una excelente oportunidad para ganar
posiciones en el seno de la ciudadanía, en el corazón y la conciencia de
los millones de hombres y mujeres que aspiran al cambio real y no
solamente epidérmico del país. Las reformas y el referéndum, con todo lo
importante que puedan ser, no van a resolver sin embargo los problemas
de fondo del país, las aspiraciones, los sueños de los millones de
peruanos.
La coyuntura exige hacer política y del más alto nivel. Como decían los chinos en sus mejores momentos: que se abran todas las flores y todas las escuelas de pensamiento. A la derecha fujimontesinista, conservadora y reaccionaria hay que derrotarla, vencerla, en el terreno del pensamiento, de las ideas, de las propuestas para el presente y el futuro. Que los estafadores y aventureros de todos los colores no le sustraigan - ¡otra vez! - a los olvidados de siempre su derecho a ejercer su poder, a construir su destino, a vivir su propia primavera.
La coyuntura exige hacer política y del más alto nivel. Como decían los chinos en sus mejores momentos: que se abran todas las flores y todas las escuelas de pensamiento. A la derecha fujimontesinista, conservadora y reaccionaria hay que derrotarla, vencerla, en el terreno del pensamiento, de las ideas, de las propuestas para el presente y el futuro. Que los estafadores y aventureros de todos los colores no le sustraigan - ¡otra vez! - a los olvidados de siempre su derecho a ejercer su poder, a construir su destino, a vivir su propia primavera.
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