La "señora K" se quiere palomear al presidente Vizcarra. De eso no
debe quedar la menos duda. Su mensaje de ayer es clarísimo. Vizcarra
marcó la cancha con su mensaje del 28 de julio, pero le temblaron - y le
siguen temblando- las canillas para ir al choque. La manada
prontuariada de la "señora K", atrincherada en el congreso fue la que
abrió fuego desde el saque. La declaratoria de guerra, sin embargo, la
oficializó ayer la jefa. Cree que traerse abajo a Vizcarra será tan
fácil como fue la choteada a PPK. Soslaya la señora que nunca como antes
su banda y ella misma han estado tan desacreditados y debilitados. El
poder alcanzado se le está chorreando de las manos. El escándalo de los
audios se ha traído abajo el andamiaje mafioso que paso a paso montaron
en organismos del Estado como el poder judicial y el Consejo Nacional
de la Magistratura; en tanto que en la fiscalía, su puntal Chávarry,
comprometido hasta la ingle en acciones poco o nada santas, anda más
para la otra que para ésta. En cuanto al congreso, la exigencia popular
lo dice todo: ¡métanle candado!
El pueblo mientras tanto,
hastiado y asqueado de los niveles alcanzados por la corrupción se ha
colocado, en los hechos al lado de Vizcarra, a quien le están exigiendo
consecuencia con sus declaraciones. Para sus sectores de avanzada, el
referéndum puede convertirse en un excelente instrumento de politización
multitudinaria, de organización independiente, de toma de conciencia en
torno a la necesidad histórica de repensar el país, de darle otro rumbo
a las masas. Si se quiere honrar a los hombres y mujeres, a las
multitudes que hicieron realidad la independencia de 1821, hay que poner
proa hacia un futuro económica y socialmente diferente. De esta manera
celebraremos realmente el bicentenario que está a la vuelta de la
esquina.
Ese norte no lo señalará Vizcarra y su gente. Ya lo dijo
un escriba: la pugna actual entre el Ejecutivo y el Congreso, está
reactualizando la histórica confrontación entre liberales y
conservadores, entre una burguesía que sin zafarse del orden económico
vigente - que le es tremendamente rentable- busca, empero, tomar
distancia - por razones estricamente crematísticas- de las aguas
nauseabundas de la corrupción en la que están nadando las fracciones
burguesas, que en Lima y provincias han hecho de las actividades
ilegales sus fuentes principales de acumulación capitalista. Destacamos
lo de Lima y provincias, porque esta lumpenburguesía, reaccionaria y
fascista, se ha enraízado en el interior del país; teniendo en los
Mamani y Cía sus mejores operadores políticos. La banda de la "señora K"
está preñada de estos especímenes nefastos, aunque hay algunos que
están pasando piola en otras tiendas políticas.
No obstante lo dicho, afirmamos que en la coyuntura
actual no hay espacio para el pesimismo. Muy por el contrario, crisis
políticas como las que vive el país generan tiempos calientes a través
de los cuales los pueblos pueden avanzar políticamente a grandes
trancos. Todo depende de las vanguardias, de los sectores de avanzada,
de los líderes con perfil histórico, que se animen de una vez por todas a
ponerse el mameluco de faena y las botas de siete leguas. La historia
lo demanda.
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