martes, 31 de julio de 2018

EL TUMBALAFIESTA



¿Sabes a quién se le califica como tumbalafiesta? Son aquellos personajes que en lo mejor de la fiesta, de la jarana o del vacilón, te arma un jaleo tal que te trae abajo la reunión, sea porque te armó la bronca, le dio diablos azules o se pasó de duro...
El presidente Vizcarra había armado una buena pachanga con su amenaza de referéndum. Descuadró a los impresentables del chiquero congresal y se metió al populorum al bolsillo. ¡Por fin parió Paula! exclamó la gente. La consigna ¡qué se vayan todos! flotaba en el ambiente.

Al día siguiente de su anuncio, mientras el Perú dormía, la mancada le cayó a los mafiosos que habían convertido el sistema judicial en un mercado, para grandes y chicos. Y a pesar que se preguntaban ¿Y que pasó con Hinostroza, porque no está en la lista de encanados? la batida - ejecutada por jueces y fiscales probos- sumó puntos para el presidente.

Por eso es que el mandatario, rompiendo el protocolo, se dio un baño de multitud con ese paseo triunfal por la avenida Brasil. La prensa independiente y del exterior lo habían colocado en el pico más alto de su popularidad. Los que ayer nomás lo señalaban de blandengue, tuvieron que tragarse el sapo, ahora le reventaban cuetes.

Vizcarra, realmente, no ha hecho nada extraordinario. Simplemente, cazurramente, apeló a la propia normatividad para descuadrar al aprofujimontesinismo, ponerlo contra las cuerdas, y amenazarlo con tirarlos a los leones si no se allanan a la implementación del referendum. Buena jugada sin duda para jaquear a los impresentables del porquerizo congresal, que por sus ahora visibles contactos con los mafiosos del sistema judicial, andan por las patas de los caballos.

De pasache, ha sembrado la confusión en algunas tiendas que habían hecho de las exigencias de nuevas elecciones, otra constitución y cierre del congreso, sus banderas exclusivas de pelea en la actual coyuntura. Ahora van tras el referéndum.

Todo iba bacán, repito, hasta que apareció el tumbalafiesta Villanueva, el premier, que lejos de subirse al carro - sin titubeos- de la consulta popular, vuelve a darle sajidos al aprofujimontesinismo; es decir, en lugar de mantener la pierna en alto - como lo ha hecho Vizcarra- vuelve a mostrar su perfil conciliador, ambiguo, genuflexo, ante la mototaxi naranja. Villanueva, está esperando todavía, que las reformas planteadas por su jefe, las hagan los ganapanes naranjas. "Si las hacen, no hay referéndum", ha dicho.

El premier no está borracho, tampoco lo han asaltado los "diablos azules", menos podemos suponer que esté duro.Lo que pasa es que Villanueva está revelando ante el mundo las mixturas ideológicas que viene mostrando desde que se puso el fajín del premierato y a las cuales no es ajeno Vizcarra, Quiere ponerse al medio, por encima del bien y del mal, jugar con tirios y troyanos. Por eso es que le hace quecos al fujimontesinismo, al aprismo, a los fachos de diferentes tiendas.

Los tiros no deben ir por ese lado. El referéndum, estemos claros, no va a resolver los problemas de fondo del país; pero en su desarrollo, desde posiciones independientes y verdaderamenre renovadoras, con un norte programático adecuadamente establecido, y con las masas organizadas en alza - superando el espontaneísmo y la falta de centralización- el referéndum, decimos, puede constituirse en una gran batalla por el liderazgo sostenido del movimiento popular y de desenmascaramiento de todo tipo de conciliación ideológica y política.

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