sábado, 23 de junio de 2018

POR LA BOCA MUERE EL PEZ

 Máxima Acuña

Mientras nuestras mejores vibras se descargaban sobre los once muchachos que en Rusia se iban a jugar su permanencia en el mundial de fútbol, en el Perú,concretamente en Tarapoto, se producía un hecho que creo no ha merecido mucha atención. La señora Keiko, defendiendo a capa y espada "la ley Mulder", o "ley mordaza", le dio un jalón de orejas al presidente Vizcarra, por pretender, a través de una acción de inconstitucionalidad, traerse abajo la mencionada norma recientemente aprobada en el congreso, y con la que se busca anular la publicidad estatal en los medios de información.

La intervención de la jefa del fujimontesinismo prueba dos cosas. La primera de ellas es que son los fujimontesinistas los más rabiosamente interesados en que la "ley mordaza" se aplique sí o sí. Que Mulder aparezca como el padre de la criatura, además de probarnos la alianza de los restos del Apra con la bankada mononeuronal, revela el triste papel de chacales que hoy cumplen los alanistas.

Lo segundo es que al fujimontesinismo, a despecho de lo que haya dicho la señora Fujimori en Tarapoto, lo que menos le interesa es la llibertad de expresión. Basta con echar una mirada a lo que en los años 90 hizo el fujimontesinismo con la prensa, para darnos cuenta que toda referencia a dicha libertad no es más que un taparrabo de lo que realmente buscan. 

Ya lo han dicho los analistas: con la "ley Mulder" lo que señora Keiko quiere es vengarse de los medios que a su entender posibilitaron, en la campaña electoral pasada, su derrota a manos de PPK. Pretendiendo, además, curarse en salud, ante las próximas elecciones municipales y regionales. El que se sigan ventilando en los medios las mil y una trapacerías del fujimontesinismo -como está ocurriendo con lo que acontece en el porquerizo congresal- obstaculiza sus pretensiones de poder, que como bien sabemos tienen en la cúspide su arribo a palacio de gobierno en el 2021.

El fujimontesinismo, hay que decirlo con todas sus letras, está expresando los intereses de los sectores más conservadores y reaccionarios del país, a los que la libertad de prensa les interesa un carajo. Ellos solamente tienen ojos para toda medida o hecho que les permita seguir repletando sus arcas. Por eso es que toda denuncia o señalamiento de hechos que vayan contra sus apetitos debe ser invisibilizado o reducido a su mínima expresión. Y sus corifeos lo proclaman a todo viento.

El Montonero, por ejemplo, señala vía Internet, que la "ley Mulder" es tremendamente positiva para el Perú, porque a su juicio "se reducirán las campañas contra la inversión y el empresariado", o "disminuirán los elogios a Máxima Acuña, el emblema del antisistema minero", ni se tendrá en cuenta "siquiera la posibilidad de apoyar a Verónika Mendoza".

No es pues el amor a la libertad de prensa; lo que la derecha quiere es sencillamente tener la cancha libre, sin obstáculos de ningún tipo, para vendernos sus cuentos e ilusiones, para hacer de las suyas con el erario nacional sin que nadie los denuncie, para corromper el alma nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario