lunes, 23 de abril de 2018

OLIVIA ARÉVALO LOMA


El Perú oficial, que hasta con sus suspiros llena las páginas de los diarios y los espacios de los medios de comunicación, no sabe la trascendencia de la pérdida de Olivia Arévalo Loma, la lideresa shipibo-konibo, asesinada a tiros en el corazón de la amazonía peruana. Para empezar, con ella suman más de 70 los indígenas que en los últimos tiempos han perdido la vida a manos de los neocaucheros de la amazonía peruana, que a sangre y fuego o coimeando a diestra y siniestra, han sentado sus reales en los territorios de los pueblos amazónicos. Pero hay más: Olivia Arévalo, era una sabia indígena, una conocedora del mundo espiritual y material de la amazonía; sabiduría que la ejercía en la práctica del chamanismo, una de las instituciones culturales más importantes de esos espacios sociales. Contar con 81 años y poseer esa sabiduría que pocos mortales la poseen, hizo de Olivia Arévalo una verdadera lideresa, ejemplo de ejemplos para los predios urbanos, criollos, donde basta con meter la mano al bolsillo para alcanzar el "liderazgo"...El asesinato de Olivia ha merecido una atención secundaria en los medios de comunicación, concretamente en sus secciónes policiales; aunque no han faltado voces, lamentos, reclamos oficiales para que "haya justicia". Palabras huecas, de hipócritas contumaces, para quienes el Perú es Lima y punto. Hablan de diversidad, de pluralidad cultural, de multilingüismo, de heterogeneidad religiosa...cuando en los hechos, en el día a a día, consideran a los indígenas amazónicos o serranos, como ciudadanos de tercera. ¿Recuerdan el floro del ex presidente García sobre los perros del hortelano, vertebrado excusivamente para limpiarle el terreno a los neocaucheros extractrivistas depredadores del medio ambiente? Desde el Perú oficial dirán, ese fue García y el apra, estamos en el 2018. Cierto, pero el desdén, el ninguneo, el desprecio, persiste. La Defensoría del Pueblo acaba de revelar que el presupuesto para la educación intercultural bilingüe acaba de ser reducido en más del 50%, lo que impedirá justamente que ese mundo, que esa cosmovisión amazónica interactúe creativamente con el raciocinio occidental. Quitarle recursos a esa educación intercultural, es invisibilizar, una vez más, al Perú realmente existente. Por obra y gracia de la tecnocracia neoliberal y de sus congéneres: los operadores políticos de la gran burguesía en el Ejecutivo y en el Congreso, sea cual sea las sedas partidarias que vistan ahora. Que la muerte de Olivia Arévalo Lomas, nos permitan reflexionar sobre ese etnocidio que se está produciendo ante nuestros ojos...

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