Además de traferos, demagogos.
PPK y sus compinches del día: los fujimontesinistas, tratan ahora -en
el lenguaje coloquial de la dinastía Fujimori- de enyucarnos con su
demagogia.
Abusando del lenguaje, de la buena fe y de las aspiraciones del pueblo peruano, buscan vendernos gato por liebre. Porque eso de decretar "el decenio de la igualdad de oportunidades para
hombres y mujeres", no es sino humo y nada más que humo bajo las
condiciones del actual desarrollo del capitalismo en el Perú y de la
crisis política que se afronta.
Basta con mirar lo actuado por el neoliberalismo en los últimos casi 28 años para darnos cuenta de la demagogia.
Bajo la sombrilla de la modernidad se han desarrollado y expandido
viejas formas de explotación del hombre por el hombre, a las que hay que
adicionar la agresión al medio ambiente, la desigualdad galopante
precisamente entre hombres y mujeres, entre Costa, Sierra y Selva, la
pobreza material y ética; más plagas como el narcotráfico, la
corrupción y todas las formas delincuenciales habidas y por haber...Así
como vamos, las mafias mexicanas y colombianas van perdiendo color.
Entre 1990 y el 2018, los mandatarios de turno -salvo Valentín Paniaga-
en representación del gran capital y de las transnacionales, no han
hecho sino reproducir, una y otra vez, el envilecimiento de la economía y
de las relaciones sociales inauguradas por el recientemente indultado
Fujimori y reproducidas - sin asco- por sus sucesores.
PPK, con
el indulto al gran caco, que lo ha ubicado en un lugar privilegiado en
la historia de la ignominia, y su premier Aráoz -tristemente célebre
por los luctuosos sucesos de Bagua en el 2009, modelo de exclusión y represión artera de los pueblos indígenas- que han hecho del
neoliberalismo santo y seña de sus existencias, no pueden arrogarse
autoridad moral y política alguna como para hablarnos de "igualdad de
oportunidades", "diálogo" y "reconciliación nacional".
Todas
ellas son palabras mayores, que en boca de PPK y su premier suenan
huecas. Tienen sentido para el capital, que está abogando por una
reconciliación trucha, o por un diálogo de fariseos, urgido como está de
sacar adelante sus ambiciosos proyectos. Pero no tienen contenido para
los familiares de las víctimas de las matanzas de la guerra interna, a
las que la dupla PPK-Aráoz nunca recibió, pero a las que inmediatamente
después del indulto, quiso comprar. Ni tampoco tienen sustento - por
citar otro ejemplo- para las miles de mujeres esterilizadas a la fuerza
en los años de oro del fujimontesinismo, y que siguen esperando justicia.
Al accionar tramposo y demagógico de esa dupla, debe oponerse la
limpieza y entereza de la respuesta ciudadana que este jueves 11 de
enero tomará nuevamente las calles y plazas del país. Para esas
multitudes PPK debe abdicar. Fue elegido - lo dicen las pancartas, las
arengas y las intervenciones orales de los coodinadores de esos
movimientos- para bloquear la embestida del fujimontesinismo y el
indulto al caco y asesino. Al incumplir con este compromiso, no solamente
se ha convertido en un felón más, ha perdido también la legitimidad que le
otorgó el voto ciudadano.
Los falsarios lo saben. En estas circunstancias, esa convocatoria al diálogo y a la reconciliación truchas, buscan desinflar el ímpetu de las masas populares para llevar a estas al campo de la conciliación y de la amnesia. En este sentido, ese llamado a "pasar la página", que repiquetea en los labios de la derecha y sus epígonos, no es otra cosa que una invitación a bajar la guardia, a agachar la cabeza, a renunciar al derecho de protesta y de insurgencia popular.
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