martes, 23 de enero de 2018

PURO HUEVEO


Que me disculpe la fanaticada católica, pero esos mensajes de Francisco en su visita al Perú - como también en Chile- han sido, hablando en oro, puro hueveo.

Pónganse ustedes en los pies de los pueblos indígenas amazónicos, de sus vanguardias: cruzaron ríos, lagos, bosques, kilómetros de kilómetros para escuchar el mensaje del Papa sobre sus derechos ancestrales. Y regresaron esperanzados.

Francisco, los masajeó bien con su verso sobre la agresión a la amazonía. Condenó el extractivismo, cuestionó - como ha hecho en otros lados- los grandes intereses que amenazan la amazonía: petroleros, madereros, agroindustriales, mineros...Lanzó rayos y centellas contra los traficantes de seres humanos, la esclavitud sexual, las esterilizaciones...

Para que no quedaran dudas de su palabra, en Madre de Dios, los representantes de esos pueblos amazónicos estaban en primera fila escuchando al Pontífice. El felón de palacio de gobierno y otras autoridades estaban detrás. La simbolización perfecta.

Ni bien Francisco terminó en Roma de abrir sus maletas luego de su extenuante periplo, cuando ¡zaz! el congreso aprofujimontesinista, con la complicidad del silencio del ejecutivo, promulgaba una norma que patentizaba, por enésima vez, que bajo el orden vigente no hay futuro sostenible para los pueblos amazónicos.

En efecto, la ley sancionada da luz verde a la construcción de carreteras en las zonas fronterizas de la región Ucayali, que además de originar la destrucción del habitat amazónico, va a poner en serio riesgo - lo dicen los propios pueblos y los estudiosos del tema- a las comunidades en aíslamiento: hombres, mujeres y niños que en defensa de su vida y salud, viven en las profundidades de los montes amazónicos.

A esas colectividades, Francisco, en su discurso, las calificó, con razón, de "las más vulnerables entre los vulnerables"...

Con ese ejemplo, ¿bastará la sola palabra de Francisco para frenar la embestida del extractivismo, ávido de aprovechar la suba de los precios internacionales del petróleo, oro y otros minerales, o de la madera? Lo dudo. Bien lo saben los propios pueblos, agredidos de mil maneras, con dirigentes asesinados o perseguidos por las mafias extractivistas; o satanizados por afirmaciones como las que lanzó García en sus tristemente célebres escritos sobre "El perro del hortelano", convertidos por el extractivismo en algo así como las sagradas escrituras.

Repito: pónganse en los pies de esos ciudadanos peruanos y coincidirán comigo: los están hueveando...

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