Nadie
que esté en su sano juicio puede oponerse a la visita de Francisco a
esta parte del mundo. Sus múltiples pronunciamientos sobre los efectos
perversos y denigrantes para los pueblos, de la última expansión y
afirmación del capitalismo en el planeta, hacen de Francisco una voz
indispensable en el enjuiciamiento de la voracidad y trapacerías de los
dueños del mundo, sea cual sea su nacionalidad. No obstante, ese deseo
de una buena estadía en Chile y Perú, no nos impide sumarnos
a los ciudadanos peruanos y chilenos, que públicamente le reclaman al
Papa "rendición de cuentas y justicia para las víctimas" de las
aberraciones sexuales de religiosos de diferente encumbramiento.
Degenerados, que inmediatamente deben ser puestos a disposición de la
justicia ordinaria, sin padrinazgo alguno. De la misma manera, creemos
que la visita del papa Francisco no debe servir de taparrabos de las
tropelías antidemocráticas y antipopulares de la dupla PPK-Aráoz, que
con el indulto al viejo Fujimori, condenado por ladrón, asesino y
secuestrador, se han colocado, de facto, en las antípodas del
pensamiento humanístico de Francisco.
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