lunes, 4 de diciembre de 2017

LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN


Cuando el país dormía plácidamente, en Lima, el juez Richard Carhuancho dictaba un fallo histórico, por el que mandaba a prisión a cinco empresarios peruanos, cabezas visibles de una hasta ahora intocada como mafiosa burguesía peruana.

El magistrado, con anterioridad, ya había mostrado sus agallas. Mandar a la cárcel al ex presidente Ollanta y a su consorte no fue una decisión fácil, las controversias no terminan. Con la resolución de esta madrugada, el juez se reafirma en sus convicciones: la ley se aplica a todos, sin excepciones, caíga quien caíga.

El magistrado ha chocado con el poder y no le ha temblado la mano. Los empresarios ahora detenidos no son la última rueda del coche. En palabras del viejo Malpica, son algunos de los dueños del Perú. Francisco Durand, el profesor que conoce al revés y derecho a esos propietarios, podría decir: son del cogollo de los doce apóstoles de la economía peruana, de los grupos que parten el jamón en este país.

La última palabra, sin embargo, no está dicha. El juzgador Carhuancho ha cumplido su rol. Las apelaciones, a no dudarlo estarán en el orden del día, como las presiones de todo tipo. Quisiéramos que todos los jueces fuesen como el doctor Carhuancho. La realidad indica que no es así. La ciudadanía peruana tiene que ejercer su rol fiscalizador.

La cita de masas contra el golpismo fujimontesinista del próximo miércoles 6 tiene que apuntar también a respaldar las decisiones judiciales que comienzan a destroncar el poder de los mafiosos. 

No olvidemos que la bankada naranja, por orden de su jefa, quiere desnucar el Ministerio Público para que reine la impunidad. Gracias al trabajo de los fiscales, el juez Carhuancho ha tenido en sus manos el sustento en el que se ha apoyado para mandar a la cárcel a los empresarios mafiosos. Si se quiebra ese trabajo fiscal, los grandes tiburones de las mafias seguirán haciendo de las suyas.

¡A las calles el 6 de diciembre, a las 5 de la tarde, en la plaza San Martín!

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