jueves, 9 de noviembre de 2017

LA DEMOCRACIA COMO GANZÚA



UNO 

Para el fujimontesinismo, la democracia no es más que una ganzúa, una pata de cabra, una herramienta de trabajo con la que suelen abrir las puertas del poder.

Así lo hicieron en los 90, bajo la batuta directa de la dupla siniestra: Fujimori-Montesinos. Ganaron las elecciones presidenciales y después patearon el tablero.

Así avanzan ahora, de la mano de la heredera de esa dupla, apoyados por la banda de ganapanes que hacen de congresistas.

La trama del golpe se está desarrollando ante nuestros ojos. El zarpazo no proviene de los cuarteles, como ocurría antes, ahora se procesa desde las posiciones ganadas por los golpistas en el propio Estado.

Honduras, Brasil, Paraguay, son los modelos del golpe blanco.

El fujimontesinismo se ha hecho fuerte en el congreso, donde ejercen  su dictadura omnímoda. La verdad la tienen ellos y nadie más, el resto sobra, salvo que se encompichen con ellos.

Y desde este posicionamiento, aprovechando la fragilidad, ingenuidad o complicidad de los tecnócratas neoliberales del ejecutivo, han capturado otras importantes posiciones en el aparato estatal.

Pero van por más. Quieren el poder total. Trabajan para cortarles el cuello a los magistrados del Tribunal Constitucional y al presidente del Ministerio Público. Pero la perita en dulce está en palacio:  le están tendiendo la cama a PPK, lo quieren fuera.

El gran capital no es ajeno a estas movidas. En principio, a la derecha le es igual trabajar bajo el paraguas de una democracia, de una democradura o de una dictadura. En otras palabras le da mismo Chana que Juana.

En los 90 dejaron colgado a Vargas Llosa para engrosar las filas de Fujimori. El golpe del 92, la galopante corrupción de la dupla Fujimori-Montesinos y sus adláteres, o los crímenes denunciados, no inmutaron a esa gran burguesía. Hasta el final lo apoyaron, como después cerraron filas con Toledo, García y Ollanta. No se hacen bolas. Lo que les interesa es que le aseguren el máximo de rentabilidad a su capital y encuadren a las masas, para explotarlas o golpearlas y sanseacabó.

Ante la inoperancia de PPK y sus tecnócratas, esa gran burguesía no le hace remilgos al fujimontesinismo. Total,  unos y otros navegan con las banderas ideológicas y políticas del neoliberalismo, tan caras al gran capital y a las transnacionales

No es casual por ello que esa bankada naranja le esté dando en la yema del gusto al gran capital. El paquetón de exoneraciones tributarias, como las que inflarán las arcas de Lan y el caro favor que le están haciendo a los boyantes industriales de comida chatarra, no es precisamente moco de pavo, vistas las cosas desde los intereses de esa gran burguesía.

Como tampoco son delesnables los favores que le están haciendo a los lavadores de activos, narcos y mafiosos de todo tipo, capitalinos y provincianos, para que sigan metiendo sus pezuñas en el Estado. La no fiscalización de los recursos que cimentan los partidos, viejos y nuevos,  sobre todo en tiempos electorales, dan la pauta de ese arropamiento.

¿Y que le ofrecen a las clientelas pauperizadas del país? Pues pan y circo, Para eso están el Estado y las sectas evangélicas cuyos pastores, además de narcotizar a las masas con sus prédicas antediluvianas son las quintas columnas patriarcales, homofóbicas, misóginas y cultores de la pena de muerte contra los violadores.


DOS

El golpismo es consustancial al fujimontesinismo. 

Se incubó y desarrolló en la violencia, en el aplastamiento a sangre y fuego de la oposición, en el uso arbitrario del Estado, de sus recursos e instrumentos en beneficio particular, y de las sectores sociales en cuya representación operan. Su carencia de doctrina, el verticalismo interno, el caudillismo dinástico y la mantención de clientelas, no de correligionarios, son algunas de las características de esa corriente. 

Los nombres de sus movimientos han variado a través del tiempo, pero la esencia de comportamiento siempre ha sido el mismo.

El zarpazo abierto, desembozado, suelen darlo cuando sus vísceras pueden quedar al descubierto. Los memoriosos recordarán que en los 90 el detonante de abril del 92  fue el affaire de la ropa donada por los japoneses para los pobres del Perú, que la familia del caco comenzó a vender. La denuncia provino de la propia esposa del caco mayor, que posteriormente terminó confinada y torturada en los sórdidos calabozos del SIN. 

En los días que corren es indudable que en el centro de la preocupación de la emperatriz y su cogollo están en los destapes de Odebrecht y la investigación de los orígenes oscuros de la fortuna del mecenas de Fuerza Popular que fungió de secretario general. Las cosas, según los analistas independientes, pintan feo para los capos del fujimontesinismo.

Por eso es que están apurando el paso. El 2021 está muy lejos. Desde su parapeto congresal apuntan a tomar por asalto el Tribunal Constitucional y el Ministerio Público mientras avanzan en posicionarse en el Consejo Nacional de la Magistratura - a cuyo presidente lo tienen del cogote- para contar con jueces a su medida, aunque los de factura aprista bien pueden darle la mano por su encompinchamiento en las alturas.

Y ya lo dijimos: a PPK le están haciendo la camita. Las interpretaciones auténticas de la constitución  para sentarlo ante la comisión Lava Jato tienen en ese norte. Si va, lo encontrrarán culpable. Si no va, lo condenarán por desacato. Total, ellos son los dueños de la pelota.

El país está advertido, golpe avisado no mata gente...

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