lunes, 18 de septiembre de 2017

DADOS CARGADOS


Los viejos tahures de la política criolla han vuelto a cargar los dados.

No habrá colisión entre el Ejecutivo y el Legislativo. Ha primado el arreglo bajo la mesa, la componenda mafiosa, el pantallazo para las tribunas. 

PPK, el lobista, demuestra una vez más que el diablo sabe más por viejo que por diablo, sobre todo si se cuenta con el padrinazgo de los jugadorazos apristas.

El gabinete Aráoz, que acaba de juramentar expresa eso y mucho más. PPK ha tirado por la ventana el encrespamiento que precipitó la crisis en las alturas y ha optado por fumar la pipa de la paz con el fujimontesinismo.

Hasta podría pensarse que esa crisis fue friamente calculada para deshacerse, sin mayor dolor, de los ministros a los que el fujimontesinismo les había sacado tarjeta roja: Zavala, Martens, Pérez Tello, García.

Sus reemplazantes le han llenado los ojos al fujimontesinismo, que guardando sus hachas y bates de beísbol, han mostrado su entusiasmo por las hojas de vida, conservadoras y reaccionarias, entreguistas y antipopulares de todas ellos. La hija del caco ha sido la más expresiva en su respaldo, batuteando a sus lugartenientes más caracterizados por su fiereza perruna.

Con ese gabinete, hasta el indulto al caco y asesino de la Diroes podría estar a la vuelta de la esquina, sin pagar un solo centavo de reparación civil como se exige a otros.

El gran capital bate palmas. Lo decía un empresario minero: lo que une al ejecutivo con el legislativo es su defensa del modelo económico. Lo político se tiene que arreglar, afirmaba. Los hechos le han dado razón.

Ante esos tahures, el pueblo, en primer lugar, tiene que olvidarse de las promesas electorales de PPK, incluyendo su supuesto enfrentamiento a la corrupción. En este terreno tanto el colorado como la jefa tienen que cuidarse las espaldas, en ambos lados hay ropa tendida, Odebrecht es ahora una palabra maldita. 

Y en segundo lugar, ese pueblo y sus vanguardias tienen que prepararse para lo peor, para la pelea indesmayable en la defensa de sus más caros intereses.  A la hora de defender el capital, el modelo, el sistema, la señora Araóz deja el canto y el baile a un lado para sacar de la cartera la pintura y el hacha de guerra. Bagua no lo olvida.

Finalmente, podemos decir que  la componenda en curso entre el Ejecutivo y el Legislativo es una entrega total, una olímpica bajada de pantalones del liberalismo criollo ante los sectores más conservadores y retrógrados del gran capital, que se expresan justamente a través del fujimontesinismo. 

No es la primera vez que ello sucede, tampoco será la última. Nuestros liberales lo son de dientes para afuera. Lo dijo ya el viejo Gonzáles Prada en 1908: "...aquí se llama Partido Liberal el grupo en que los adeptos revientan de puro conservadores".

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