miércoles, 10 de mayo de 2017

EL CÁLCULO DE LA EMPERATRIZ


El viejo Fujimori sabe fehacientemente que ni por angas o por mangas puede aspirar a la libertad. La naturaleza de los delitos por los cuales purga prisión lo impiden.

Sin embargo, ante la negativa de PPK de indultarlo - el gringo se ha cerrado- se jugó la última carta: la de la piedad para un convicto achacoso que no quiere seguir envejeciendo en la prisión, aunque ésta sea dorada. El proyecto de ley de su topo Vieira apostaba al logro de esa conmiseración congresal. La exhortación de Kenji a su bancada se orientaba en el mismo sentido: el arresto domiciliario.

No es cierto que el caco se resista a cumplir el resto de su condena en  casa. Con anterioridad, en el 2013 lo había solicitado, con resultados también negativos.

¿Por qué su hija Keiko, mandamás de la bancada, no autorizó a sus monigotes a votar por el proyecto de Vieira?

Apuesto a dos hipótesis, ambas relacionadas al cálculo político de la bancada y de la patrona de la misma. La primera tiene que ver con el uso del poder congresal del fujimontesinismo para obligar al gringo a firmar el indulto. Quieren que contra viento y marea bese la lona. "No tiene que rendirle cuentas a nadie" gritan desaforadamente. El caco saldría así por la puerta grande;  mientras que la dueña del circo demostraría al país que ella es la que manda. Por algo tiene los votos congresales: para seguir torpedeando las decisiones del ejecutivo y jugar al puchimbol con los ministros que se le antojen. 

Ya botaron al de educación, que ahora es el men, en su rubro, del Banco Mundial;   viene ahora el del interior mientras esperan turno el titular de transportes y la ministra de salud.

La segunda hipótesis es que la emperatriz no quiere sombras. Kenji es un estorbo para sus planes electorales del 2021 y con el viejo en cancha, aunque sea con grilletes -es un decir- el favorito del caco, con el aval del viejo y de la guardia vieja del fujimontesinismo, puede hacer el papel de tumbalafiesta, como lo viene haciendo ahora. Ayer, por ejemplo, mientras la robotizada bancada naranja mandaba al tacho el proyecto de Vieira, una bien aceitada portátil con gritos y pancartas sacaba al fresco su felonía.

No es que Kenji exprese una alternativa sustancialmente diferente a la que expresa su hermana. Están en el mismo terreno, tiene la misma orientación proburguesa, cargan sin autocrítica el mismo pasivo, pero es evidente que hay temas en los que se diferencian, como en el de la libertad de su padre.  Contradicciones que minan las aparentemente sólidas fuerzas fujimontesinistas. 

El congresista Vieira, formado en los predios naranjas expresó hace algunos días que habían 30 congresistas que respaldaban su proyecto. El archivamiento del mismo impidió la constatación de tal aseveración, pero ¿quien pagó a la portátil que desde afuera apoyó ayer el proyecto del topo? ¿porque se aprobó una ley contra el transfuguismo congresal?

Ahí está la bolita...

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