martes, 4 de abril de 2017

VENDETTA


El congresista Bruce no es santo de mi devoción, condené por ello, en su momento, que pensase y actuase como si Estado fuese su chacra, tratando de utilizar policías en el resguardo de sus negocios. Es indudable que merece una sanción, pero de aquí a chotearlo por tres o cuatro meses, sin salario alguno, con la amenaza todavía que puedan expectorarlo del congreso, es un exabrupto, solamente explicable por el ánimo de vendetta que existe en las filas del fujimontesinismo. Bruce, a pesar de sus ambigüedades ideológicas y políticas, que lo colocan no pocas veces en las proximidades de la mayoría parlamentaria, en determinadas circunstancias se convierte en una verdadera piedra en el zapato para los intereses de la ultraderecha naranja. Como espadachín de PPK, por ejemplo, ha cruzado lanzas, más de una vez, con las embestidas antidemocráticas, cerrilmente autoritarias, de los seguidores del caco de la Diroes. Por ello lo tienen en la mira. El fujimontesinismo, que suele ser escandalosamente indulgente con sus chupetines - transgresores también de las normas éticas- a Bruce sin embargo le está mostrando sus colmillos, su rostro fiero, los mismos que exhibió el 5 de abril de 1992...

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