viernes, 21 de abril de 2017

QUE NO NOS COJUDEEN


Que no nos cojudeen.

La derecha está tendiendo la mesa para que el caco y asesino, recluido en la Diroes, vuelva a su casita, sea cual sea la figura legal que se emplee.

Ayer, en la ceremonia de homenaje a los comandos de la operación Chavín de Huantar, PPK no solamente le reventó cuetes al dictador, también, en presencia de su hija, le mandó un mensaje clarísimo: "Tenemos que voltear la página", dijo. 

Desde su prisión -es un decir- el caco respondió más rápido que inmediatamente: "El presidente Kuczynski propuso hoy voltear la página. Tiene razón! Los peruanos debemos de construir una agenda común con apoyo de todos".

El inquilino de la Diroes, fue incluso más allá: "Hay urgencia de atender a mucha gente desprotegida y de reconstruir carreteras, viviendas y puentes. Sugiero priorizar esos retos", ubicándose de facto, como un interlocutor más del gobierno.

Para la gran burguesía nativa, aquí cobra pleno sentido el llamado de PPK y sus tecnócratas: ¡Perú una sola fuerza¡ lanzado al país para hacer frente a las calamidades naturales del norte; pero que la derecha - lo dice el propio caco- lo empleará para soltarle las amarras a quien hizo trizas el Estado de Derecho para llenarle los bolsillos a su banda de cuello, corbata y uniforme, mientras sobre los pobres se descargaba la voracidad de los grandes empresarios  y de las trasnacionales, amparados en la implementación a sangre y fuego del neoliberalismo.

En las actuales condiciones de urgencias económicas y de grandes dividendos a la vista, el gran capital necesita la unidad de sus operadores políticos, no puede darse el lujo de tenerlos dispersos, peor todavía enfrentados. Por eso es que - las movidas están claras ahora- mientras la hija del reo y sus becerriles, seguían mostrándole los dientes a PPK, Kenyi, el engreido, - no por iniciativa propia por cierto- se acercaba a palacio o mostraba abiertamente sus diferencias con los incondicionales de su hermana. Su gran objetivo era tender puentes, limar asperezas, buscar las coincidencias...mientras hacia adentro enrostraba a sus pares  de la bancada naranja el haberse olvidado de su padre, de la búsqueda de su libertad.

El viejo Fujimori sabe perfectamente que PPK no le hace ascos, al contrario, lo admira. Está enterado que en julio de 2016, antes de instalarse en el palacio de Pizarro, el hoy presidente dijo que él no estaba dispuesto a otorgar el indulto, pero que si podía hacer que la condena "la cumpla en circunstancias más amables en su casa" (La República del 25 de julio de 2016).

Las lisonjas de ayer tienen por ello un norte,  este es el momento para lograrlo porque los intereses del gran capital no son moco de pavo. El caco está al tanto de ello, los disfuerzos de su derrotada hija no impedirán que se salga con la suya, Kenji es su ariete...











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