Se habla mucho de la construcción y reconstrucción de las áreas y
pueblos afectados por los desbordes de la naturaleza; sin embargo se
habla poco de lo que ocurrirá con aquellas autoridades que por su
accionar negligente o cutrero en lo que podrían haber significado obras
de prevención, resultan los primeros responsables de las tragedias.
Están pasando piola, como aquella señorona que se bronceaba mientras
nuestros pueblos luchaban a brazo partido contra la destrucción y la
muerte. Hace rato que debieron ser empapelados y choteados. La
ciudadanía ya está haciendo lo suyo: en Trujillo, desde abajo, han
comenzado a pedir la vacancia de las autoridades que llegaron a sus
cargos solamente a hacer curriculum, o a engordar la billetera. No debe
prosperar el clásico borrón y cuenta nueva con el que se blindan las
autoridades truchas...

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