miércoles, 14 de diciembre de 2016

TECNÓCRATAS DE PECHO FRÍO


Es cierto, como dicen algunos analistas, que la controversia entre el ejecutivo y el congreso no se resuelve con matonerías. No es una tema para machos, sostienen. Pero tampoco, diríamos, es un asunto para pusilánimes, para hombres o mujeres con el alma en suelo, dispuestos siempre a ponerle una u otra mejilla al contendor. El mensaje de anoche de PPK es el de la abdicación ante la bravuconería fujimontesinista que además de sus votos no tiene nada que ofrecer al país. PPK debió pechar a los matones, es decir debió anunciar que la censura al ministro Saavedra la iba a convertir en un asunto de confianza y mover todas sus fichas en ese sentido. Pero todo indica que los tecnócratas de pecho frío, liderados por el inefable Zavala le pusieron la agenda: no al pulseo de fuerzas, sí al diálogo, que en la práctica, dados los antecedentes del fujimontesinismo, implicaba entregar la cabeza del titular de educación, aunque el oficialismo, ilusamente, pensara lo contrario. Ni bien PPK terminó de hablar, cuando la respuesta de Becerril, siempre a lo bestia, tronó por radio y televisión: no se dialoga con corruptos, Saavedra debe irse a su casa. Nada ha cambiado para el fujimontesinismo, la rama de olivo alcanzada por PPK se la han devuelto con ajos y cebollas...

La crisis en las alturas se va resolviendo favorablemente para los hijos putativos de Fujimori y Montesinos. PPK y sus tecnócratas neoliberales no han dado batalla ni la darán, porque a éstos les da mismo chana que juana, demócratas o autoritarios, libertarios o fascistas. Nunca se la han jugado por una democracia auténtica, como si lo ha hecho el pueblo, los olvidados, los ninguneados, los invisibilizados por el Perú oficial, a costa incluso de la vida y la libertad de sus mejores hijos. Desde esta óptica, en la línea de la movilización del último lunes 12, las avanzadas populares y las multitudes de Costa, Sierra y Selva deberán seguir bregando por abrir o ensanchar los espacios de un camino propio, de un programa realmente de cambio y progreso que responda a las justas expectativas de las masas populares. El fujimontesinismo no ha cambiado, sus líderes de ayer y de hoy llevan en la sangre la antidemocracia, el autoritarismo, el fascismo. PPK y sus seguidores, los hechos lo señalan, no están sino para seguir reproduciendo las mismas injusticias y desigualdades del orden establecido.

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