lunes, 31 de octubre de 2016

ASALTO AL PODER


En nuestras propias narices, el fujimontesinismo ha comenzado a copar el aparato estatal, a tomarlo por asalto. No ha necesitado ganar las elecciones, le basta y le sobra con su aplastante mayoría congresal, el concurso de su aliado de siempre: el apra, y la complicidad abierta o cerrada de los pepekausas, los  tetelemeques de la historia, a los cuales se los están tragando con zapatos y todo. Lo ocurrido con la elección de los directores del BCR, es la mejor demostración de nuestra afirmación, que se suma al posicionamiento de otros cuadros o amigotes del fujimontesismo en instancias como la Defensoría del Pueblo o la Sunat,  glotonería reaccionaria que también se orienta  al Tribunal Constitucional, la Sunedu, Concytec, el Consejo Nacional de la Magistratura...

Que la normatividad del BCR o que la propia constitución de 1993, aprobada por sus mentores ideológicos y políticos, le pusieran candado a la posibilidad de que cualquier improvisado o aventurero llegase al directorio de ese ente especializado, no ha impedido que tres impresentables hayan sido  seleccionados a lo bestia.  Y digo tres y no dos porque si bien el señor Cuba tiene las cartas académicas que en el papel lo convertían en un candidato natural, ni ética ni políticamente da la talla. No debió aceptar su postulación, por los compromisos partidarios con el fujimontesinismo y sus compromisos profesionales particulares, que todo el país conoce, que lo inhabilitan, de acuerdo a la propia normatividad del BCR, para estar en el directorio del mismo.

De esta manera, por enésima vez, el fujimontesinismo le está diciendo al mundo que la democracia le interesa un carajo, que ésta, en sus manos, no es más que la ganzúa que le está permitiendo encaramarse en el poder en representación de las fuerzas más retardatarias del país. Esto es lo que no se quiere entender. El fujimontesinismo actúa como actúa  porque sus raíces no son democráticas, emergió en medio del terror, del chantaje, del robo descarado, de la corrupción, de los crímenes de lesa humanidad...resortes mugrientos a los que apelaron sus fundadores para posicionarse en el país. No tienen otro tipo de entendimiento. Son esas las razones por las que esos constructores del mal, civiles y militares,  están en prisión, perseguidos, procesados e incluso muy bien camuflados en el propio aparato estatal.

Esas mafias, ¡entiéndase bien! fueron derrotadas al final de los 90, sus jefes encarcelados,  pero sus ideas, comenzando por sus coordenadas económicas están ahí, incólumes, como también está intacto el emputecimiento del quehacer político sobre el que el fujimontesinismo de nuestros días cabalga una y otra vez para hacerse fuerte en medio de los sectores populares o para chantajear a sus oponentes, como lo están haciendo ahora en el congreso. O te allanas o te conviertes en paria, a lo Vilcatoma, es la voz de orden. La vida ha demostrado que no bastaba con meter en la cárcel a los ladrones y asesinos para zanjar con esa lacra, había que hacer polvo sus retorcidas ideas, alimentadas por las fracciones burguesas y sus corifeos, que a lo largo de los 90, gracias al fujimontesinismo, ensancharon con creces sus alforjas.

La gran batalla ideológica nunca se dio, sus consecuencias saltan a la vista.

La vida también nos está revelando -tampoco es la primera vez- que de parte de la burguesía y sus operadores políticos no hay nada que esperar, ni siquiera en la lucha contra la corrupción que pretende asumir como propia. Las razones abundan. La más importante, sin embargo está en el propio ADN de la burguesía nativa. Ya en 1860, en su célebre  Estudios sobre la provincia de Jauja, Manuel Pardo, quien en 1872 se iba a convertir en el primer presidente civil del Perú republicano, escribió en referencia a lo ocurrido en esos años con los ingresos provenientes del guano: "que el honor del Perú tiene muy poco que reportar"... La referencia era explícita a los nauseabundos tejes y manejes de las riquezas generadas por el guano, sobre la que se alzaría la burguesía nativa y el capitalismo.

En el siglo XX, en un celebre discurso pronunciado en San Marcos en 1914, pero varias veces reproducido en años posteriores, el patricio Víctor Andrés Belaúnde, hablando sobre la crisis moral de la clase dirigente dijo que esta carecía de sentimiento de sacrificio, habiendo siempre buscado el camino fácil al poder, para usufructuar, no para dirigir...

A la fecha, nada ha cambiado en la textura ideológica y política de la burguesía y sus operadores. Le da lo mismo democracia o dictadura. En los 90 apoyaron a rabiar a Vargas Llosa, cuando éste perdió se colocaron detrás del ganador, y se aferraron a él con mayor fuerza cuando el fujimontesinismo en desarrollo hizo trizas el Estado de derecho. En ningún momento esda burguesía le hizo ascos a la dupla Fujimori-Montesinos, a pesar de que sus latrocinios y crímenes ya eran de conocimiento público.


De esa burguesía y de sus representaciones políticas nada bueno se puede esperar. PPK amagó una propuesta de reformas. Fue simplemente una finta. Al final ha terminado en contubernio con el fujimontesinismo. De nada vale que el premier Zavala jure que no hay alianza con los impresentables, los hechos son los que mandan. Al gringo y sus huestes solamente le faltan sus rodilleras...

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