lunes, 5 de septiembre de 2016

EL MIEDO DE LA DERECHA


El montaje es burdo, grosero, propio de quienes tienen la cabeza de adorno...

Una postal donde aparecen Verónika Mendoza y Marisa Glave, lideresas del Frente Amplio, en la puerta de la casa colombiana donde vivió Manuelita Sáenz, pareja de Simón Bolívar y gran protagonista de la gesta independentista del siglo XIX, ha sido convertida en una provocadora foto supuestamente tomada al pie de la casa de Abimael Guzmán.

No hay que ser adivinos para dar con los autores y divulgadores de la falsificación. Es la derecha ultramontana y sus operadores a sueldo, que no pueden vivir tranquilos con la renovada presencia de la izquierda en el Perú, dentro y fuera del congreso o de los espacios legales.

Esa derecha sabe perfectamente que su hegemonía ideológica y política es relativa. Las últimas elecciones presidenciales lo demostraron, como también las potentes movilizaciones populares en defensa de los intereses de los trabajadores, de los jóvenes, de las mujeres, de los pueblos indígenas. La aplanadora neoliberal ha dejado muertos, heridos, insatisfacciones y frustraciones a lo largo y ancho del territorio patrio. 

En ese contexto, la mantención del modelo económico, a pesar de las reformas anunciadas por PPK y sus tecnócratas, seguirán regando leña. Una izquierda consecuente con sus propuestas de cambio, sea cual sea su matiz,  será sin duda la gran beneficiada con la efervescencia social que se avizora, a pesar de los amagues del populismo derechista del fujimontesinismo. Lo han dicho los analistas de todas las tendencias, que incluso, tomando en cuenta las nuevas situaciones que se abrirían, dibujan la posibilidad de que Verónika Mendoza  pueda ser la próxima presidenta del país.

Incapaz de desarrollar una lucha de ideas, de propuestas, de proyectos, la derecha ultramontana, como siempre ha ocurrido, solo tiene la violencia y su poder ideológico a la mano para contrarrestar lo que ellos consideran un peligro. Su rabioso anticomunismo lo llevan a flor de piel. Con ese caballito de batalla detuvieron a Mariátegui en los años 20 del siglo XX y confinaron  en la isla de El Frontón a intelectuales de la talla de Jorge Basadre, Luis E. Valcárcel, Cesar Miró, entre  otros. Sobre esa misma cabalgadura el fujimontesinismo considera que toda la izquierda, sea cual sea su cantera es terrorista, comunista, y punto.

Esa lógica está presente en la foto trucada de Verónika Mendoza y Marisa Glave, que motiva esta nota; como también lo ha estado en las fotos manipuladas con la que en plena campaña electoral y últimamente han querido bajonearse el liderazgo de la Mendoza en el movimiento popular.

Como vemos, en política no hay casualidades ni cabos sueltos, los miedos de la derecha tienen también una explicación.

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