CON BICEPS PRESTADOS

PPK está blindándose para salir airoso en su pedido de facultades legislativas extraordinarias al congreso. Con una bancada oficialista magra -el fujimontesinismo, bruto y achorado como siempre, a pesar de sus coincidencias ideológicas, pretenderá hacerle la vida a cuadritos a sus ministros - ha buscado en los gobernadores regionales la presión externa que le permita neutralizar el uso y abuso de la aplastante mayoría de los pupilos de Fujimori y Montesinos.

Políticamente la salida es oportuna, pero precaria en el mediano y largo plazo.  Con un partido casi inexistente a nivel nacional,  ese apoyo de los gobernadores y sus mensajes a los congresistas del interior del país -"No creo que hayan congresistas que no piensen en sus regiones", ha dicho el presidente de la Asamblea de Regiones- aparece como un préstamo de biceps al inquilino del palacio de Pizarro,  inflados, además, con esteroídes.

La debilidad está en la propia mantención del modelo económico, donde la angurria del extractivismo gran burgués, dispuesto a operativizar, sí o sí, sus proyectos depredadores , no está orientada precisamente a hacer perdurable esa alianza; muy por el contrario, esas ambiciones, del tipo Yanacocha o Tía María,  están hechas para petardearlas en cualquier momento, como la experiencia lo demuestra hasta el hartazgo.  En estas situaciones, bien se sabe, la propia legitimidad de los gobernadores suele volar por los aíres.

La derecha en el poder no la tiene pues todas consigo. Desde el lado del pueblo, sin embargo, las cosas se presentan promisorias para el reencuentro de las vanguardias con sus pueblos. No solamente porque exista una bancada de izquierda dispuesta a defender los intereses de los olvidados y explotados de siempre, contra los planes de ese extractivismo y sus defensores, sino porque además en las últimas semanas esas avanzadas están saliendo de su letargo.  Las reuniones de los diferentes destacamentos políticos de ese pueblo se están multiplicando y en cada una de ellas la discusión del acontecer político está en el orden del día.

A diferencia de la derecha, que está trabajando con biceps prestados, los músculos de esa izquierda se están fortaleciendo desde el mismo seno de las organizaciones populares. Y esto hay que saludarlo.