jueves, 16 de junio de 2016

TROFEO DE GUERRA


En la guerra con Chile, escribió González Prada en 1885, "no solo derramamos la sangre, exhibimos la lepra". A 137 años de ese infausto acontecimiento las llagas de esa lepra siguen vivas, haciendo escarnio de la memoria de nuestros héroes y de la propia historia patria. La pus se ha desbordado esta vez en el congreso. Cincuenta congresistas, que parecieran genéticamente herederos de aquellos hombres - como decía el mismo González Prada- que en la guerra "no supieron defender con el hierro" los sagrados intereses del país, pretenden que Chile "nos preste" el celebérrimo Huascar anclado actualmente en Talcahuano para que el pueblo peruano "le rinda honores". Para estos parlamentarios, liderados ¡oh sorpresa! por un puñado de fujimontesinistas, el honor y la dignidad de un país son palabras huecas. Bien ha dicho un viejo marino: "Para Chile, el Huascar es un trofeo de guerra y éstos se recuperan en guerra o no se recuperan".Lo demás es verso. Algo más: el último de los oficiales que quedó al mando del Monitor después de la muerte de don Miguel Grau, el Teniente Pedro Gáreson, reflejando sin duda la voluntad del héroe, ordenó el hundimiento de la nave. Muerto Grau, desbaratada su tripulación, el Huascar tenía que correr el mismo destino: el fondo del mar. Los chilenos, pistola en mano, lo impidieron. Para ellos era y es un trofeo.Y los trofeos de guerra, no se prestan...No ofendamos la memoria de nuestros héroes. No caigamos en el juego de quienes han nacido con las espina dorsal quebrada.

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