viernes, 13 de mayo de 2016

EL REGRESO DE ABIMAEL


Abimael Guzmán, está de regreso. Y por la puerta grande, como sabe decir la congresista Chacón. Han sido sus propios verdugos, los fujimontesinistas, los que lo han metido en la colada electoral. Motivo más que suficiente para que el presidente Gonzálo, en la soledad del calabozo que habita, levante el puño victorioso. Están nuevamente en el bolo.

Primero fue Hernando De Soto, el asesor estrella de la candidata del fujimontesinismo, el que le mostró una sonrisa de oreja a oreja al máximo dirigente de Sendero. "Keiko debe reunirse con exterroristas para dialogar sobre temas del medio ambiente", dijo el archienenemigo de Vargas Llosa. (El Comercio del 11 de mayo de 2016).

La ex primera dama de la dictadura de los 90 redondeó la idea: "Si queremos buscar una verdadera reconciliación y hay personas que están arrepentidas de sus actos y buscan dialogar con el Estado, pues no me voy a negar", expresó la señora, muy segura de si mismo por cierto. (Perú 21 del 12 de mayo de 2016).

¿Se imaginan ustedes las reacciones de la derecha si la señora Verónika Mendoza hubiera hecho ese planteamiento antes de la primera vuelta? De seguro que la hubieran crucificado.

La derecha ultramontana, la que apoya a la hija de la dictadura, muy hipócritamente por cierto, ha tenido una reacción tibia, se ha limitado a informar. Sus plumíferos a sueldo callan en todos los idiomas. Saben perfectamente que la movida del fujimontesinismo tiene un norte: lograr votos a como de lugar y si los seguidores del presidente Gonzalo atracan, pues bienvenidas sean sus adhesiones.

Eso se llama oportunismo. En los 90 hicieron lo mismo. Después de enjaular a Abimael Guzmán y sepultarlo bajo toneladas de acusaciones e insultos, entablaron un diálogo con él. Hasta torta de cumpleaños le llevaron. Después lo fondearon...

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