miércoles, 16 de marzo de 2016

FUJIMONTESINISMO EN ACCIÓN


La dupla Fujimori-Montesinos, en cana ambos, deben estar felices. Sus alumnos, comenzando con la señora Keiko, primera dama de la dictadura fujimontesinista de los 90, han demostrado ser muy aprovechados en las lecciones que recibieron de sus maestros y guías. Esa nota de intercambiar plata y regalos por votos, llevada al paroxismo en los años de oro de los ladrones y criminales que dirigieron el país, le ha permitido a sus pupilos mantener el voto duro de quienes en el seno del pueblo, envilecidos hasta el alma, suelen vender sus conciencias al mejor postor.

"El voto, el voto se voltea con plata en el bolsillo", decía el señor Borobio, publicista del fujimontesinismo en las reuniones de coordinación que se efectuaban en el SIN. Mientras que Montesinos clamaba porque se organicen polladas superbailables,  se reparta cerveza,  polos, calendarios, plata, cocinas, sobre todo entre las mujeres de los comedores populares. (Video 1792)

Ante Dionicio Romero, el hombre fuerte de la burguesía peruana, Montesinos se jactaba de haber organizado un señor festejo por el Día del Padre. "Me concentré siete mil personas, les regalé quinientas cajas de cerveza y me puse un conjunto criollo con Rossy War y la gente feliz" (Video 1583).

No debe sorprendernos entonces que en la actual campaña electoral, la señora Fujimori y sus candidatos estén repartiendo aquí, allá y acullá, plata y regalos como cancha. Ese es su modo de operación. Al fujimontesinismo no le interesa la exposición de ideas, de proyectos de país, de programas de gobierno, como tampoco le interesa el debate, el contraste de opiniones. El fujimontesinismo de ayer y de hoy va directo al bull: la panza, las necesidades, la corrupción de las conciencias y de los espíritus...

¿Y si son sorprendidos? Pues para eso también hay salidas: el psicosocial, la explotación de la ingenuidad de las gentes, de su fe religiosa, de sus  raciocinios mágicos.  En los 90 explotaron a las vírgenes que lloraban. Los diarios chicha, controlados por el fujimontesinismo (una versión, que cabalga entre la realidad y la ficción, de la actuación siniestra de estos diarios la acaba de entregar Vargas Llosa en Cinco Esquinas, su última novela) levantaron la noticia hasta el cielo. El propio Fujimori acudió a la morada del Callao, donde supuestamente lloraba una virgen para orar y pedir la ayuda divina en la solución de los problemas del Perú.

En honor a la verdad, ni Montesinos ni Fujimori fueron los héroes en la creación de los psicosociales, pero si que los supieron aprovechar para cimentar su control y dominio del país y sus gentes.  A un siniestro psiquiatra, Segisfredo Luza, -que purgó prisión por haberle encajado 15 balazos a un joven en un sonado trángulo pasional que llenó las páginas de los diarios capitalinos en los años 60- le corresponde la autoría de esos planes de control de masas. Luza, vendió sus conocimientos y su alma al fujimontesinismo en los 90 y las vírgenes que lloran fue una de sus creaciones más exitosas. 

No debe llamar por ello la atención que el señor  José Chlimper, un facho que amenazó hace algunos años con meterle bala a los trabajadores portuarios del Callao, para acabar con su huelga, haya recurrido a la socorrida figura de la virgen para defender a su jefa, doña Keiko, de las justas denuncias por  la compra de votos que carga en su mochila, en especial por una reunión de jóvenes que se efectuó el 15 de febrero en Carmen de la Legua.

Sostiene Chlimper que la primera dama de la dictadura no llegó a coger los sobres con dinero que se distribuyó en esa cita juvenil. "La virgen la protegió", ha sostenido, buscando acogida en la credibilidad religiosa de no pocos  hombres y mujeres.

En resumen, la dupla Fujimori-Montesinos  puede sentirse orgullosos de tan aplicados alumnos. Han obviado una pequeñísima situación: en el año 2016 cada vez son mayores los sectores sociales que ya no se tragan sus repulsivas maniobras. Las calles y plazas están rechazando el fujimontesinismo. La señora Fujimori y la cúpula de su movimiento lo saben. Por eso es que han salido a ponerle paños fríos a la reacción popular. Ahora han llamado a sus huestes a hacerse los muertitos...

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