sábado, 19 de marzo de 2016

EL REAGRUPAMIENTO DERECHISTA


¿La ley no es la ley? 

Es la pregunta que hoy se hace la ciudadanía. Ante la sola posibilidad de que la señora Keiko, candidata del fujimontesinismo, sea expectorada del proceso electoral por intercambiar plata por votos - como lo hacía su padre y su tío Montesinos- llama poderosamente la atención la reacción de los señores Kuczynski y García, los otros candidatos presidenciales de la derecha, al haber salido abiertamente a defender a la primera dama  de la dictadura.

Cuando el jurado puso en la calle al señor Acuña, también por regalón, la ley tenía que cumplirse, sí o sí. Ante el caso Keiko, el gringo ha arrugado. "El proceso puede caerse", ha dicho. Mientras el señor García ha llamado a examinar el tema "con serenidad". ¿Cómo explicar esa unidad de criterios, cuando además hace pocos días García, desde una posición xenófoba, ha dicho que PPK no tiene un gramo de sangre peruana?

La respuesta está en la ubicación de los intereses que el trío defiende. Recuérdese que la estrategia electoral inicial de la derecha extractivista y financiera era copar todo, reduciendo a su mínima expresión a la oposición de otras canteras. Ante las contingencias llamadas Guzmán, Acuña, Barnechea y Mendoza, y, sobre todo, ante la insurgencia multitudinaria de una oposición ciudadana al fujimontesinismo, que amenaza con extenderse y cualificarse y voltear la programada tortilla electoral, los candidatos de la derecha buscan ahora cuidarse las espaldas y tienden a reagruparse para defender el orden establecido, el modelo económico, las corruptelas de todo género sobre la que éste cabalga y las imágenes ideológicas que el poder mediático desparrama por doquier en defensa de ese estado de cosas.

Ese reagrupamiento reaccionario tiene sin embargo sus aristas. Es notorio que García, cuesta abajo en las preferencias electorales, se siente más cómodo con la señora Fujimori que con PPK. El caco fue hechura de García, la gran salida que trabajó para bloquear a Vargas Llosa que amenazaba con investigarlo y mandarlo a la cárcel. Luego, no son pocas las oportunidades en que  apristas y fujimontesinistas se han dado una y otra vez la mano para sortear contingencias. Desde esta realidad cobró vigencia el llamado fujiaprismo que comienza a coger fuerza nuevamente ante la posibilidad de que la candidatura de García quede en el camino y se abra la alternativa de una alianza para la segunda vuelta, a la que el PPC - aliado del Apra- no le haría ascos.

Desde la perspectiva de PPK, amenazado por Barnechea y por Verónica Mendoza en alza ambos,  sus fichas de sobrevivencia electoral comienza a jugárselas para el lado de la señora Fujimori, la más próxima, según las encuestas, de llegar a la segunda vuelta. El gringo y sus mentores no son giles. Saben perfectamente que en determinadas coyunturas no cuentan los matices. Son los colores de fondo, los de la derecha en su conjunto, los del capital y las transnacionales,  los que prioritariamente interesan. Y en este campo se encuentran ellos, los  fujimontesinistas, los apristas-pepecistas e incluso el propio Barnechea aunque éste último, al estilo del bebesaurio Guzmán, quiera computarse diferente.




No hay comentarios:

Publicar un comentario