martes, 9 de febrero de 2016

¡QUÉ ME CAMBIEN DE IDIOTA!



La derecha analfabeta y violentista lo ha encumbrado como la supuesta bestia negra de la izquierda y él se lo ha tomado en serio. Sus escritos periodísticos y su esperpento al que presuntuosamente ha calificado como El octavo ensayo, en alusión a los 7 de Ensayos de su abuelo José Carlos Mariátegui, revelan su enfermizo afán de actuar conforme a esa leyenda.  Detesto a la izquierda peruana, la aborrezco, ha escrito quien a lo largo de estos años no ha parpadeado para pedir que le metan palo y bala a los pueblos que se han alzado en defensa de sus derechos, y quien no vacilaría, en sus desvaríos, de responsabilizar a la zurda de todos los colores  del fenómeno de El Niño.

Como ustedes ya adivinaron me estoy refiriendo a Aldito Mariátegui, el nieto del Amauta, cuyo pensamiento y acción desfigura groseramente al presentarlo como un vulgar resentido social que vira hacia la izquierda, hacia el socialismo, por haber sido rechazado en sus pretensiones amorosas por las jóvenes burguesas de su tiempo. En la cabecita loca de Aldito, su abuelo fue ninguneado por igualado, he aquí los orígenes, afirma muy suelto de huesos, de su histórico viraje.

Ese Aldito se la tenía jurada a Verónika Mendoza, la candidata presidencial del Frente Amplio, a quien - como a Javier Diez Canseco, Dammert, Breña, Letts...detesta- por pertenecer a la que califica de"izquierda maldita". Por eso es que le tendió una trampa en su programa televisivo del último domingo.  La quiso ridiculizar, bajonear, hacer la noche con ella, contando a su favor con el apoyo de un panel debidamente parametrado.

Ni por asomo pensó Aldito que el ridiculizado iba a ser él, el dueño de la pelota. A su invitada la saludó en francés, cual torero que agita el capóte rojo ante el toro. El idiota esperaba que la Mendoza, hija de francesa y graduada en Francia, cayera en el engaño, respondiéndole en el mismo idioma. Verónika lo desarmó: le respondió en quechua, la lengua madre de ella y sus ancestros paternos, que el tan peruano Aldito admitió no conocer, a pesar de ser el Perú real y profundo un país multilingüistico, donde el quechua no ha perdido vigencia, a pesar de la embestida cultural occidental.

"Para la próxima en quechua", le dijo Verónika,  con sorna, sabiéndose dueña de la situación.

Pero hay algo más, que no debe pasar desapercibido. El bobo de Aldito, con toda la petulancia que lo caracteriza e irrepetuosamente por cierto - la Mendoza era una invitada del programa-  le entregó a la congresista un ejemplar de su parto de los montes: El octavo ensayo, para según dijo "ilumine el entendimiento" de su entrevistada. Previamente, en la dedicatoria, había escrito: "Para Verónika Mendoza, con la débil esperanza de abrirle los ojos"...

El bobo no contó que doña Verónika le iba a responder, también por escrito, en las redes sociales:  "Gracias por el libro: Pero x si acaso tengo los ojos bien abiertos desde que leí a tu abuelo"...

Si se hubiera tratado de una corrida de toros, de seguro que  la Mendoza salía del coso cargada de orejas...

El revés de Aldito fue la comidilla de las redes desde la noche misma en que se produjo. Tal fue el impacto que los diarios derechistas, renuentes a cederle espacio a la candidata se vieron obligados a consignar el hecho, presentándolo como una anécdota, cuando realmente se trataba de un revés político de su peón de brega que fue por lana y salió trasquilado. ¿Y que ha dicho este señor? Pues además de irse por las ramas, solamente ha atinado, muy bobamente por cierto a escribir: 

"Y nuestros tuiteritos rojos son tan patéticos que les impresiona sobremanera que una cusqueña te replique en quechua (idioma que el 90% de ellos tampoco habla)"...

Por ello es que a los cuatro vientos estoy gritando: ¡Qué me cambien de idiota"...




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