Pero la izquierda no tiene plata, me dijo un joven adherente a la candidatura de Verónika Mendoza, impresionado por el derroche de dinero de la derecha en la actual campaña electoral La izquierda siempre ha sido misia, franciscana, le respondí. La riqueza de la izquierda, agregué, está en su propuesta, en sus ideas y en su gente, en sus miles de seguidores, que desparramados por el país saben llevar la voz de cambio y esperanza a los barrios, pueblos, comunidades andinas y amazónicas...
La verdad no está de parte de la derecha porque sencillamente todas esas agrupaciones se han corrompido o nacieron corruptas en la defensa del gran capital, del sistema y del neoliberalismo vigente; pero también porque huelen a cárcel, a banquillo de acusados, a prontuario. La señora Keiko y su lista fujimontesinista, es el mejor ejemplo de lo que decimos.
Lo que la izquierda tiene que hacer es volcarse a las masas, romper en los hechos con la pasividad y el burocratismo. Los tiempos electorales le abren flancos al sistema por todos lados y por ahí debe filtrarse la verdad de quienes apostamos por la transformación de este país, desenmascarando a los explotadores y opresores del pueblo, a sus defensores, a los tránsfugas que le hacen el juego; sembrando al mismo tiempo las semillas del cambio y del futuro.
Para eso no se necesita millones. La riqueza, insisto, está en la fuerza de ese ejército multitudinario de hombres y mujeres, de jóvenes y veteranos, que están dispuestos a posicionar con entusiasmo, imaginación y alegría, la candidatura de Verónika Mendoza en el corazón y en la mente de la ciudadanía. ¡Qué la derecha no nos gane el vivo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario