lunes, 18 de enero de 2016

LOS CARCAMANES


Para ser un carcamán de la política criolla lo que menos interesa es la edad. Lo que importa son las ideas retardatarias y antediluvianas que se manejan. Lo acaba de demostrar el señor Guzmán, candidato a la presidencia de la república y quien en un santiamén se trajo abajo las poses juveniles que había adoptado para tratar de diferenciarse de sus adversarios de la trajinada derecha peruana. Su rechazo a la implementación  del Convenio 169 de la OIT, que le garantiza a los pueblos indígenas la consulta previa ante cualquier proyecto de inversión en sus territorios, lo ubicó de hacha en las filas de los defensores del capital extractivista que tienen en ese Convenio la gran barrera democrática para impedir sus acostumbrados latrocinios contra la vida de las poblaciones indígenas y sus espacios ambientales.

El ex presidente García que busca por tercera vez llegar a la casa de Pizarro se burló del Convenio 169 y provocó el Baguazo en junio de 2009. Sus escritos sobre El perro del hortelano, publicados en octubre de 2007, fueron una invitación desembozada al capital para entrar a saco a la amazonía. Le interesó un rábano que en setiembre de 1991 hubiera entrado en vigor el Convenio 169, o que en setiembre de 2007 las Naciones Unidas aprobaran su Declaración sobre los pueblos indígenas. Que en estos momentos el señor García, o sus ministros Simon, Araoz y Cabanillas no estén en el banquillo de los acusados, no los exime de sus responsabilidades políticas, puestas en negro sobre blanco en un informe congresal.

Para el gran capital y sus defensores políticos la amazonía siempre ha sido considerado o un espacio despoblado o, poblado por indígenas a los que se considera ciudadanos de segunda o tercera, como públicamente lo ha sostenido el ex presidente García,  o "manipulables" -  por su ignorancia se deduce- como lo acaba de afirmar el candidato Guzmán para oponerse a la implementación de la consulta previa.

Esas ideas no son nuevas. Siempre se las ha levantado para supuestamente impulsar el desarrollo de la selva. La utilizaron los caucheros para dar vida al boom del caucho en las últimas décadas del siglo XIX y primeras décadas del XX que les permitió la esclavización de los trabajadores indígenas. "Pobre gente hambrienta, azotada y asesinada. ¡Cómo los compadezco!" escribió un testigo.

Como ven, no se requiere ser viejo para ser un carcamán. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario