Cuando doña Verónika Mendoza apareció en la liza electoral como
candidata presidencial, un momio de la derecha sólo atino a decir: "Pero
si no se trata de un concurso de belleza". No sé si seguirá manteniendo
el mismo criterio, lo cierto es que no hay partido político que no
trate ahora de sacarle provecho a lo que natura otorga. PPK, el gringo
de la película, por ejemplo, ha anunciado que la señora Mercedes Araoz
será su candidata a una de las vicepresidencias, mientras que el
inefable Toledo está anunciando a la guapa señora Omonte como su
compañera de fórmula. Doña Keiko, la primera dama de la dictadura
fujimontesinista no quiere quedarse rezagada: en el mismo Iquitos, ha
anunciado que la ex congresista Patricia Donaire, hija de Loreto, será
su puntal en la amazonía, legendaria tierra de mujeres bellas ¿Y el tío
Alan? Él ya tiene lo suyo: Lucianita León.
Pero, no nos
engañemos. Es cierto, todas son guapas, pero no todas piensan de la
misma manera. Y aquí está el quid del asunto, es decir lo que realmente
debe interesar al electorado.
A excepción de la señora Verónika,
todas las otras damas, matices más o matices menos, manejan los mismos
criterios económicos y políticos porque todas ellas son hechuras
ideológicas del neoliberalismo, impuesto a sangre y fuego por la
dictadura fujimontesinista en los 90, y que seguirá siendo su ,marco
conceptual fundamental para manejar el país si acaso llegan al palacio
de Pizarro.
Algo más: también a excepción de la señora Verónika,
cargan el pasivo de regímenes que a balazo limpio hicieron trizas las
esperanzas de cambio de los pueblos del Perú. Citemos dos casos
flagrantes. La señora Keiko, en primer lugar, no puede evadir su
responsabilidad de los latrocinios y crímenes cometidos por su padre y
su compinche Montesinos. Ella no era una niña de pecho cuando su madre
fue a parar a los calabozos del SIN, mientras en su calidad de
primogénita la sustituía en sus responsabilidades.
La señora
Araoz, por su lado, no por algo fue bautizada como Miss Baguazo, luego
de los luctuosos acaecidos en Bagua ante una protesta de los pueblos
indígenas amazónicos. Si bien ella no apretó el gatillo, de acuerdo a lo
establecido por la comisión que presidió Guido Lombardi, doña Mercedes,
Yehude Simon, Mercedes Cabanillas y el propio presidente García, tienen
una insoslayable responsabilidad política en los hechos de los que, en
algún momento, tendrán que dar cuenta ante la historia.
Recordemos que la señora Araoz, durante el segundo mandato del
presidente García fue sucesivamentre ministra de Comercio, de Producción
y de Economía y Finanzas, todo un personaje clave en la aplicación del
modelo neoliberal; en cuyo ,marco - hagamos memoria- el mandatario se
despachó con sus tristemente célebres escritos sobre "El perro del
hortelano", cuya fiel aplicación traería como consecuencia el Baguazo.
La congresista Verónika Mendoza, por su parte, está en las antípodas de
los fundamentalistas del mercado. Su labor congresal, su accionar en
las calles y plazas y su prédica electoral, choca frontalmente con los
raciocinios y prácticas de quienes hoy son sus contendoras.
Bien decían los abuelos: caras vemos, corazones no sabemos...
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