jueves, 17 de diciembre de 2015

CARAS VEMOS...


Cuando doña Verónika Mendoza apareció en la liza electoral como candidata presidencial, un momio de la derecha sólo atino a decir: "Pero si no se trata de un concurso de belleza". No sé si seguirá manteniendo el mismo criterio, lo cierto es que no hay partido político que no trate ahora de sacarle provecho a lo que natura otorga. PPK, el gringo de la película, por ejemplo, ha anunciado que la señora Mercedes Araoz será su candidata a una de las vicepresidencias, mientras que el inefable Toledo está anunciando a la guapa señora Omonte como su compañera de fórmula. Doña Keiko, la primera dama de la dictadura fujimontesinista no quiere quedarse rezagada: en el mismo Iquitos, ha anunciado que la ex congresista Patricia Donaire, hija de Loreto, será su puntal en la amazonía, legendaria tierra de mujeres bellas ¿Y el tío Alan? Él ya tiene lo suyo: Lucianita León.

Pero, no nos engañemos. Es cierto, todas son guapas, pero no todas piensan de la misma manera. Y aquí está el quid del asunto, es decir lo que realmente debe interesar al electorado.
A excepción de la señora Verónika, todas las otras damas, matices más o matices menos, manejan los mismos criterios económicos y políticos porque todas ellas son hechuras ideológicas del neoliberalismo, impuesto a sangre y fuego por la dictadura fujimontesinista en los 90, y que seguirá siendo su ,marco conceptual fundamental para manejar el país si acaso llegan al palacio de Pizarro.

Algo más: también a excepción de la señora Verónika, cargan el pasivo de regímenes que a balazo limpio hicieron trizas las esperanzas de cambio de los pueblos del Perú. Citemos dos casos flagrantes. La señora Keiko, en primer lugar, no puede evadir su responsabilidad de los latrocinios y crímenes cometidos por su padre y su compinche Montesinos. Ella no era una niña de pecho cuando su madre fue a parar a los calabozos del SIN, mientras en su calidad de primogénita la sustituía en sus responsabilidades. 

La señora Araoz, por su lado, no por algo fue bautizada como Miss Baguazo, luego de los luctuosos acaecidos en Bagua ante una protesta de los pueblos indígenas amazónicos. Si bien ella no apretó el gatillo, de acuerdo a lo establecido por la comisión que presidió Guido Lombardi, doña Mercedes, Yehude Simon, Mercedes Cabanillas y el propio presidente García, tienen una insoslayable responsabilidad política en los hechos de los que, en algún momento, tendrán que dar cuenta ante la historia.

Recordemos que la señora Araoz, durante el segundo mandato del presidente García fue sucesivamentre ministra de Comercio, de Producción y de Economía y Finanzas, todo un personaje clave en la aplicación del modelo neoliberal; en cuyo ,marco - hagamos memoria- el mandatario se despachó con sus tristemente célebres escritos sobre "El perro del hortelano", cuya fiel aplicación traería como consecuencia el Baguazo.

La congresista Verónika Mendoza, por su parte, está en las antípodas de los fundamentalistas del mercado. Su labor congresal, su accionar en las calles y plazas y su prédica electoral, choca frontalmente con los raciocinios y prácticas de quienes hoy son sus contendoras.

Bien decían los abuelos: caras vemos, corazones no sabemos...

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