domingo, 6 de diciembre de 2015

CADE DE RISA Y ALGO MÁS...


Lo dicen las redes sociales, que están más cerca del populorum que los plumíferos a sueldo: lo de Paracas 2015 fue un CADE de risa, de histrionismo, poses, frases efectistas y cualquier cantidad de demagogia, todo rociadito, por cierto, con sus piscos, rones y whiskys. La recordada Serafina Quinteros, como en los 50, hubiera estado en su gloria escuchando a los candidatos y sus ofrecimientos, y para no desentonar, luego de escuchar la propuesta del tren bala, se hubiera despachado con su clásico:  las carreteras correrán solas,/buques y aviones en pelotón/ y las corvinas, sobre las olas, nadarán solas con su limón/  con la que se burló de las promesas electorales de su tiempo.

¿Y porqué lo del tren bala, que según la promesa vincularía Tacna con Tumbes? Por la chorreante ligereza con la que se planteó. Un candidato lanzó la idea, otro dijo que mejor vaya a menos de 200 kilómetros por hora, en tanto que para un tercero dicho tren debería tener troncales para la Sierra. El ministro de Economía ha salido al frente de tan desaforadas pretensiones. "En realidad, ese tren no costaría menos de 25 mil millones de dólares, ¿Tú crees que tenemos la capacidad de implementar algo así? le dijo al periodista.

Hugo Neira, ex director de la Biblioteca Nacional fue más cortante: "Que voy a hacer un tren" propone el candidato. "Y a mi que me importa" responderá el elector común y silvestre, refirió Neira

Quien también hubiera estado en su salsa hubiera sido don Guido Monteverde, que   hubiera tenido material para una  semana en su buscadísimo "antipasto gagá", columna de chismes y susurros que publicaba en el diario Última Hora, donde resaltaba justamente eventos sociales de la naturaleza del CADE 2015. Hubiera escrito, por ejemplo. que esa cita de los "muchimillonarios" peruanos había servido para que los "marlonbrandeados" fulanito o sutanito mostraran sus mejores sonrisas, mismos candidatos. O para que las "superchurrísimas" ejecutivas mengana o perenceja, le hicieran ojitos a los "tromeleles" de la minería mientras disertaba tal o cual candidato. Y de las anfitrionas hubiera dicho que estaban "archipreciosas", aunque un par de ellas se consideraban "detallitos en pomo"...

¿Para qué ha servido entonces el CADE 2015?  Para que los que parten el jamón el país: los grandes empresarios nativos  escuchen, de boca de los propios candidatos de la derecha, que sus ofrecimientos, mayores o menores, racionales o no, no van a ir más allá de las fronteras del modelo neoliberal impuesto a sangre y fuego en los años 90 por el padre de la ahora engreida señora Keiko, primera dama de la dictadura.

A la pragmática burguesía de nuestros días sólo le interesa que quien resulte elegido presidente no le mueva el piso a ese modelo. Que los ajustes o cambios - el cónclave se desarrolló bajo el lema: "El Perú necesita cambios para seguir creciendo"- se inscriban  en el raciocinio continuista que los anima, y sobre todo que permitan limpiar la cancha de disposiciones que a juicio de ese empresariado están bloqueando la fluidez de sus inversiones.

Todo lo demás es secundario para esa burguesía. Poco importan los anticuchos de esos candidatos, o las movidas muchas veces nada santas para llenar sus plantillas presidenciales o congresales. Lo importante es que salgan quienes salgan se conviertan en sus operadores, leales y eficientes, para seguir engordando la cartera, aunque después se los lleve el diablo. Apoyaron a Vargas Llosa en los 90, después lo abandonaron para alinearse con el fujimontesinismo, para posteriormente tomar distancia luego de haberle sacado el jugo a la dictadura, ahí están los vladivideos. 

Su política de usar y tirar lo demuestran con su actitud ante la pareja presidencial que hoy ocupa palacio. En los días de gloria se servían del comandante y su pareja, los llenaban de halagos, los engreían;  ahora que están de salida, golpeados y aíslados, el ninguneo es notorio y las críticas abundan. El ministro de economía quiso ser ponente en el CADE 2015, no lo dejaron pero fue el blanco de los cuestionamientos. Ahora resulta incluso que el gobierno de Humala no promovió la minería. Lo acaba de señalar el mandamás del empresariado minero.

Esa es la burguesía peruana, el CADE 2015 , una vez más, los ha pintado de cuerpo entero, a ella y a sus operadores.





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