sábado, 21 de noviembre de 2015

CONTRA EL PESIMISMO

 
¿Es probable un desenlace electoral entre la señora Keiko y el ingeniero Acuña? Sí, es probable, como también puede darse el caso de una final entre la misma señora y PPK u otros representantes de la derecha que aspiran a llegar a la Casa de Pizarro. La razón es una sola: la derecha es la que controla todo los resortes del poder como para generar escenarios de esa naturaleza, en beneficio de quienes van a asegurarle al gran capital la invariabilidad del estado de cosas reinantes en el Perú.

El gran desafío de la izquierda, unida o no, aquí o enla Cochinchina, será siempre el de caminar cuesta arriba, luchar contra las corrientes adversas, con el optimismo que otorga el saberse poseedor de la verdad y el de sentirse protagonista de una gran gesta: la de transformar el país de punta a cabo, desde ahora.

La derecha se cae sola. Después de 25 años de control absoluto, el país, aceptémoslo sigue siendo el mismo. La modernidad actual, como otras que se han procesado a lo largo de la historia peruana, no han hecho realidad la gran promesa de la vida peruana de la que tanto nos hablara Jorge Basadre: bienestar para las mayorías nacionales y desarrollo real para el país. Al contrario, han multiplicado males como la corrupción, entreverada con la criminalidad organizada y el narcotráfico que está copando el Estado, y que en su conjunto explican no pocos súbitos enriquecimientos.

Tan mal está la derecha que sus candidatos, conforme avanza el proceso van mostrando los sapos y culebras que adornan su trayectoria. Una, es hija de la dictadura que asoló el país en los 90 y que a las joyas de la abuelas que se cargó tiene que adicionar los muertos y heridos que dejó a su paso. 

El otro, al que la plata le llega sola, con informe congresal y fiscal de sus asaltos de por medio, tuvo que apelar a la prescripción de sus delitos para volver a reincidir en sus latrocinios, conforme lo demostró un informe congresal; y trata ahora de volver a las andadas, apoyándose en sus ahijados y sobrinos del poder judicial. 

El tercero es un lobista que desde los años 60 ha gozado de las granjerías del poder y que en el ocaso de su vida ¡oh sorpresa! dice estar pensando en las necesidades del pueblo.

Del señor que según afirman estará en la final, el que haya confesado que no gusta de leer ni escribir lo dice todo, por no referirnos a las oscuridades de los orígenes y expansión de sus riquezas, que le permite decir, con mucha propiedad ¡que tiene plata como cancha!

En cuanto al sano y sagrado, ustedes tienen la palabra.

Con élites económicas y políticas de esa naturaleza, el futuro que le espera al país seguirá siendo su presente.

Por eso es que sostenemos que no hay espacio para el pesimismo. La misma realidad, con todos los obstáculos que puedan existir, trabaja para la izquierda, para que ésta pueda plasmar en los hechos los sueños de cambio y transformación a la que siempre han aspirado los pueblos de costa, sierra y amazonía.

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