domingo, 13 de septiembre de 2015

EL CAMARADA CÓNDOR


Cuando escribimos estas líneas el camarada Mario Cóndor Salcedo, de Carhuamayo, Perú, ya es fuego, luz eterna, memoria fulgurante...

Es que los buenos comunistas nunca mueren, porque siempre viven eternamente en la memoria y en el corazón de los pueblos a los que entregaron lo mejor de su existencia.

El camarada Cóndor fue uno de esos comunistas que por sus ideales juveniles no peleó un día, un año, un lustro o una década. Toda su vida, desde que pisó San Marcos, hizo del marxismo una guía para la vida, una ética existencial, que la mantuvo hasta que las fuerzas le alcanzaron.

Después de algún revés político el camarada Mario, hechas las sumas y las restas, solía decir, para no perder la perspectiva de lucha:  "Camaradas, el sol seguirá saliendo mañana"...

A sus familiares cuando solo se esperaba lo inevitable alcanzó a decirles que después de él la vida continuaba, dándoles ánimo, insuflándoles entereza para afrontar el final, la muerte y la vida que son consustanciales.

Todos lloramos hoy al camarada: su familia, sus amigos, sus colegas, alumnos y compañeros de trabajo... sus camaradas de mil batallas por construir un futuro digno para nuestros pueblos. La tristeza que nos embarga la convertiremos sin embargo en fuerza, en fortaleza, para continuar la huella trazada por el insigne Mario Cóndor Salcedo.

¡Camarada Mario Cóndor Salcedo¡ 
¡Presente! ¡Ahora y siempre!






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