A la señora Nadine, como no ha ocurrido con otras primeras damas,
prácticamente la han desnudado. Ahora sabemos la calidad de los trapos
que usa, la marca de sus perfumes, carteras, zapatos, maquillaje,
adornos, etcétera. Definitivamente ya no es la chica del bluyin,
sencilla y desenfadada, que sus primeros adeptos conocían, ha sido
ganada por las frivolidades del poder,
ahora pinta como una señora vanidosa más, que en sus propias expresiones
dieciochescas - "no le he dado la venia"- revela el vuelco radical de
su personalidad. En una palabra, se ha aburguesado.
¿Quién
ha desnudado a la doña? Pues la propia derecha a la que doña Nadine y
su cónyuge sirven tan dócilmente desde palacio de gobierno. Nunca como
ahora el poder mediático ha enfilado contra la señora, mientras que sus
operadores congresales hacen lo propio en sus respectivos ámbitos. Es
decir, lo que debiera ser una tarea propia de jueces y fiscales, o un
asunto simplemente político, propio de los tiras y aflojes de la
democracia burguesa, la derecha busca convertirlo en un problema
nacional. En este contexto, los operadores más desbocados han comenzado a
hablar hasta de vacancia presidencial, por incapacidad moral del
comandante, recreando, de pasada, el cuco del chavismo...
¿Qué
quiere la derecha con esta campaña? Dotada de una voracidad sin límite,
la derecha quiere, metafóricamente hablando, hasta las joyas de la
abuelita. Está insatisfecha con el desenlace de Tía María. El Estado de
emergencia en Islay no ha resuelto nada, muy por el contrario ha
enardecido más los ánimos, se está hablando ahora de un paro nacional,
mientras la resistencia en el valle no cesa. Pero además, esa derecha
ambiciona tener las manos libres - sin regulaciones. reglamentos,
prohibiciones, etcétera- para materializar sus apetencias. El
congresista Dammert ha resumido las pretensiones de esa plutocracia:
"Como
parte de los paquetazos, en los últimos meses se trata de imponer, a
sangre y represión, el saqueo de recursos naturales, la privatización de
las empresas públicas como Petroperú, los recortes de derechos
laborales, la expropiación de las tierras comunales amazónicas y
andinas, la imposición de más altas tasas de interés a consumidores y
mypes, la devaluación de la moneda, los mercados especulativos en la
vivienda, las ciudades, los servicios públicos básicos. Busca imponerse
el proyecto minero del Grupo México Southern contra la opinión
mayoritaria de Islay, la macro sur y todo el país". (Humala, la plutocracia y las facultades delegadas).
La avalancha contra doña Nadine busca distraer la atención del soberano para meter de contrabando sus medidas pro granburguesas; pero asimismo quiere ajustar a la pareja, demostrándole quién tiene la sartén por el mango para que no hayan dudas ni murmuraciones, mucho menos tardanzas a la hora de sacar adelante los proyectos con los que esa derecha quiere seguir llenado sus arcas.
No hay entonces porque perder la brújula con los trapos de doña Nadine. Estemos atentos al procesamiento de la denuncia contra ella, pero sin caer en el juego de la derecha que quiere incorporarnos a su estrategia. Desde esta perspectiva independiente, el asunto concreto que urgentemente debe llenar nuestra atención es el desenmascaramiento de esa derecha neoliberal, de su ofensiva, que en medio de ese fenómeno al que eufemísticamente llaman "desaceleración de la economía" quiere seguir llenándose la panza, si es posible a sangre y fuego - Islay y la militarización de las regiones hostiles al gobierno lo revelan- mientras patea para las calendas griegas la justas aspiraciones económicas y políticas de los pueblos de Costa, Sierra y Selva.
La avalancha contra doña Nadine busca distraer la atención del soberano para meter de contrabando sus medidas pro granburguesas; pero asimismo quiere ajustar a la pareja, demostrándole quién tiene la sartén por el mango para que no hayan dudas ni murmuraciones, mucho menos tardanzas a la hora de sacar adelante los proyectos con los que esa derecha quiere seguir llenado sus arcas.
No hay entonces porque perder la brújula con los trapos de doña Nadine. Estemos atentos al procesamiento de la denuncia contra ella, pero sin caer en el juego de la derecha que quiere incorporarnos a su estrategia. Desde esta perspectiva independiente, el asunto concreto que urgentemente debe llenar nuestra atención es el desenmascaramiento de esa derecha neoliberal, de su ofensiva, que en medio de ese fenómeno al que eufemísticamente llaman "desaceleración de la economía" quiere seguir llenándose la panza, si es posible a sangre y fuego - Islay y la militarización de las regiones hostiles al gobierno lo revelan- mientras patea para las calendas griegas la justas aspiraciones económicas y políticas de los pueblos de Costa, Sierra y Selva.
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