jueves, 9 de abril de 2015

SEMANA DIVERTIDA

Nada cambia, escribió don César Hildebrandt, pero nos vamos a divertir, añadió,en las horas inmediatas al nombramiento de Pedro Cateriano como premier.

Le doy la razón, nos estamos divirtiendo y no porque el alfil de Vargas Llosa sea un seguidor del Chato Barraza, sino porque el ambiente en el que se están desarrollando las conversaciones  con la oposición, y las propias conductas ceremoniosas, acartonadas,  pretendidamente virginales  más los desplantes de los interlocutores de Cateriano, han propiciado un clima festivo tan del gusto de célebres caricaturistas como Carlín.

El exceso de peso del flamante premier, para empezar,  propició las primeras sonrisas. No por obra de él mismo, que según parese se siente cómodo con su figura rolliza, sino porque según las propias declaraciones del presidente Humala, éste no es muy amigo de las personas gordas -acaba de increparle a un periodista su manifiesto sobrepeso-  temeroso quizá de que esa obesidad de los funcionarios estatales, con mayor razón si son de primera línea,  -¡el Estado gordo! que cuestionaba-  les impida acceder a los últimos rincones del país, en especial a los más altos. El soroche, bien lo sabemos es implacable con las personas subidas de peso.

El propio comandante también, quizá preocupado por el protagonismo de Cateriano, o por qué oscuras razones pareciera que quiere bajarle la llanta al carro de la concertación.

Porque si el premier, conociéndose lo fosforito que es, ha tenido que tragarse todos los sapos para invitar al ex presidente García - tiene un libro sobre sus fechorías- y a la señora Fujimori - conocida es la posición del jefe del gabinete sobre el fujimontesinismo y sus latrocinios- el presidente Ollanta, quien parece no conocer la connotación de la palabra diálogo- no ha enterrado el hacha de guerra. En las últimas horas, en una clara posición de macho delta acaba de salir en defensa de su cónyuge -blanco de las críticas de la oposición- como si la señora no fuese capaz de hacerlo por si misma. Lo peor es que sin consideración por el esfuerzo dialogante de su primer ministro, acaba de calificar de "jauría de cobardes"  a los críticones, entre los que se encuentran connotadas figuras de la oposición congresal.

Pero la carne-carne va por el lado de los actores del diálogo. En principio todos visten la misma camiseta. Son hombres de derecha, incluyendo al premier, por ende defensores del orden establecido, del modelo impuesto en los años 90, y al igual que los tecnócratas de turno, patrocinadores del gran capital y las transnacionales. Sus diferencias son de forma, de matiz, de intereses concretitos como los electorales, de época, de estilos. Utilizando sus propios adjetivos: ¿Creen ustedes que el señor Bedoya es un antisistema? ¿O que PPK sea un petardista del neoliberalismo? ¿O que la señora Fujimori, el señor Toledo, como el comandante Ollanta no estén de acuerdo con el apoyo al extractivismo? ¿El ex presidente García, creador de las tesis del perro del hortelano será capaz de oponerse a los paquetazos antiambientales y antipueblos indígenas propiciados y aprobados por el presente régimen?

Las disputas al interior de la oposición de derecha, y de la derecha en su conjunto con la pareja presidencial, son como los líos de callejón, con altisonancias, con ajos, cebollas y no pocos empujones, por el caño, la luz, el espacio, los cordeles de ropa...pero al final todos están juntos.

No deja por ello de llamar a la sonrisa la grandilocuencia del ex presidente García, quien le ha escrito al premier: "Será un honor para mi recibirlo en mi oficina cuando su apretada agenda se lo permita". Puro verso, como si el veterano político, con más cicatrices  en el cuerpo que los propios  destructores no supiera el viejo aserto: "Aprovecha, aprovecha gaviota, que después de esta no hay otra. Razón por la cual ni bien Cateriano sacó la pipa de la paz el ex presidente  fue el primero en ponerse a la cola de los potenciales interlocutores, bajando los decibeles de sus intervenciones y ganando la atención de los medios. Si hablan el mismo lenguaje del entreguismo al gran capital y al neoliberalismo, no hay cuestiones de fondo que impidan las coincidencias.

¿Y los anticuchos de esos interlocutores que están ventilándose en el congreso, en el ministerio público y en el propio poder judicial?

Pues hay que colocarlos momentáneamente en la refrigeradora. Esa es la idea-fuerza del capital, que ha hablado a través de la Confiep. Por eso mismo interrumpieron el descanso del patriarca de la derecha: Luis Bedoya Reyes, héroe de mil y un combates librados desde fines de los años 40 del siglo pasado y que ni bien terminó de hablar con el premier llamó a cultivar la santa paciencia para superar la crisis que está entrampando los intereses de los que parten el jamón en el país. Paradojas de la partidocracia criolla: el maestro Bedoya no puede poner orden en su disminuido partido donde hay otro lío de callejón, pero si se trata de defender los intereses de conjunto, todos se alínean.

Esto es lo que finalmente interesa: la bolsa. La democracia, para la derecha, es la cobertura que también puede entrar a la congeladora si el caso lo amerita. ¿No fue acaso esa misma derecha, la vieja y la nueva que insurgió en los 90 la que terminó allanándose al golpe del 5 de abril de 1992. Cateriano, es cierto, al igual que Vargas Llosa, se opuso al golpe - a diferencia de otros seguidores del Movimiento Libertad que habían fundado- pero al igual que los grandes empresarios, ideólogos y tecnócratas no tiene diferencias sustanciales con el modelo neoliberal, creación de la constitución bastarda de 1993, a cuyo fortalecimiento está contribuyendo.

Ante este escenario el pueblo sólo tiene que sonreir, es una pelea de los operadores de sus verdugos.

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