El gabinete de don Pedro Cateriano no recibe todavía el voto de investidura, pero si que está haciendo méritos para lograrlo.
Por
supuesto que no me refiero solamente a los diálogos impulsados por el
otrora "joven turco", con los que algunos huachafos suelen llamar
"fuerzas vivas" del país. Me refiero también a las víctimas de la
represión en el valle del Tambo, en Arequipa, que ya están en su haber,
en lo que podría considerarse su prueba de fuego, tal y como lo exigía
la burguesía extractivista nativa y las transnacionales que están detrás
de la implementación del proyecto Tía María, aunque ello implique
destrozar el valle.
Desde joven el ahora premier se
consideró un ultrademócrata. Los luctuosos sucesos de Arequipa revelan
como esos demócratas rabiosos entienden y practican la democracia
burguesa: el diálogo, la tolerancia, el apapache, para los dueños del
Perú; la bala, la bomba, el palo, en suma el terror de estado, para los
desposeídos que únicamente aspiran a una vida digna.
El
propio Cateriano, en el mismo Arequipa, se encargó de incentivar esa
violencia, a nombre propio y de los intereses del gran capital. Lo hemos
visto rudo, enérgico, pidiéndole firmeza a la policía y a las
autoridades judiciales en su trabajo represivo. La policía ha cumplido
con el encargo, con creces, los videos que corren en las redes sociales
revelando la brutalidad policiaca así lo demuestran.
Que
el señor Cateriano o el propio ministro del interior no nos vengan con
cuentos en cuanto al supuesto no uso de armas letales por parte de la
policía. Victoriano Huayna Nina el agricultor del valle que murió
víctima de un balazo demuestra lo contrario.
Se
equivoca sin embargo el premier y los poderes fácticos si es que piensan
que el pueblo arequipeño bajará la cerviz. Como yerra también el
presidente Humala si es que piensa que con sus exhortaciones a la calma -
muy hipócritas por cierto después de haber sido él, como candidato, el
gran incentivador de las demanda de los pobladores del valle- harán
retroceder a los huelguistas. Muy por el contrario, como ha ocurrido en
el mismo Arequipa o en otros lugares del país, la violencia policiaca ha
multiplicado las energías de los combatientes, alzados en defensa de la
agricutura del valle, en contra de la minería extractivista. Su
consigna de ¡Fuera la Southern! sigue en pie, no han reculado, ni un
milímetro. La experiencia les ha indicado, una vez más, que solamente
deben confiar en sus propias fuerzas.
El señor
Cateriano acudirá al congreso el próximo lunes 27, irá en pos del voto
de investidura. Con lo hecho hasta ahora ya cuenta con las bendiciones
de los dueños del Perú y sus partidos, es su hombre, su actuación ha
sido impecable.
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