El mundo está celebrando el Día Internacional de la Mujer. Vaya para
ellas mi caluroso saludo y el reconocimiento a sus exigencias
democráticas de género que deben ser incorporadas a todo programa que
hombres y mujeres levanten en pro del cambio y la transformación del
país.
Es cierto que en el mundo y en el Perú las mujeres han logrado avanzar en la conquista de sus derechos. Hay millones y millones de ellas que rompiendo los diques del machismo y el conservadurismo han logrado no solamente incorporarse a las actividades productivas y de servicios a las que no tenían acceso; hoy también ocupan puestos dirigenciales a todo nivel, incluyendo las responsabilidades públicas de primera línea. No obstante ello tenemos que reconocer que esos terrenos hay todavía mucho pan por rebanar. Si para los hombres la reivindicación de un trabajo digno, que incluye un salario decoroso, sigue siendo una exigencia medular de sus luchas, para las mujeres lo es más todavía: ellas suelen ganar menos que los hombres a pesar de efectuar las mismas tareas, si es que no son despedidas por salir embarazadas, o ser víctimas permanentes del acoso sexual de jefes y funcionarios. El capitalismo no ha cambiado, sigue siendo tan salvaje, explotativo y opresivo como siempre.
En cuanto a las mujeres que hoy ocupan cargos públicos es importante señalar que desde el ángulo de las reivindicaciones de las mujeres se ha ganado poco con la presencia de ellas en las responsabilidades públicas. ¿Cuando se produjeron los infaustos sucesos de Bagua no era una mujer la responsable del ministerio del Interior? Y para no irnos muy lejos ¿No han sido mujeres las que desde el Ejecutivo cranearon y defendieron a muerte la tristemente famosa ley pulpín contra la que se alzaron recientemente las juventudes peruanas? Los ejemplos abundan; como también, es justo decirlo, existen excepciones: mujeres que marcan un camino digno no solamente para las mujeres, también para los hombres.
Ya lo dijo una mujer hace algunos años: ¡De qué sirven las mujeres en el poder si van a seguir actuando como los hombres en defensa del capitalismo! Basta con mirar lo actuado por el presente régimen, desde el rol que cumple la primera dama hasta lo que ejecutan sus ministras o congresistas para cerciorarnos de la justeza de la expresión.
Decía por eso que hay todavía mucho pan por rebanar. Fechas como las que hoy celebramos deben motivar la reflexión y educación, el examen minucioso del presente como también del futuro. Hay que tener fe, llegará el día en que hombres y mujeres construiremos un nuevo amanecer, siempre y cuando desde ahora persistamos en ese camino de lucha que se viene labrando desde el movimiento de los jóvenes en las ciudades, la defensa del agua y del medio ambiente en la sierra agobiada por el extractivismo, que también asola la amazonía, donde los pueblos pelean porque la ley de consulta previa sea realidad y no letra muerta, como hasta ahora sucede.
Un abrazo para ustedes...
Es cierto que en el mundo y en el Perú las mujeres han logrado avanzar en la conquista de sus derechos. Hay millones y millones de ellas que rompiendo los diques del machismo y el conservadurismo han logrado no solamente incorporarse a las actividades productivas y de servicios a las que no tenían acceso; hoy también ocupan puestos dirigenciales a todo nivel, incluyendo las responsabilidades públicas de primera línea. No obstante ello tenemos que reconocer que esos terrenos hay todavía mucho pan por rebanar. Si para los hombres la reivindicación de un trabajo digno, que incluye un salario decoroso, sigue siendo una exigencia medular de sus luchas, para las mujeres lo es más todavía: ellas suelen ganar menos que los hombres a pesar de efectuar las mismas tareas, si es que no son despedidas por salir embarazadas, o ser víctimas permanentes del acoso sexual de jefes y funcionarios. El capitalismo no ha cambiado, sigue siendo tan salvaje, explotativo y opresivo como siempre.
En cuanto a las mujeres que hoy ocupan cargos públicos es importante señalar que desde el ángulo de las reivindicaciones de las mujeres se ha ganado poco con la presencia de ellas en las responsabilidades públicas. ¿Cuando se produjeron los infaustos sucesos de Bagua no era una mujer la responsable del ministerio del Interior? Y para no irnos muy lejos ¿No han sido mujeres las que desde el Ejecutivo cranearon y defendieron a muerte la tristemente famosa ley pulpín contra la que se alzaron recientemente las juventudes peruanas? Los ejemplos abundan; como también, es justo decirlo, existen excepciones: mujeres que marcan un camino digno no solamente para las mujeres, también para los hombres.
Ya lo dijo una mujer hace algunos años: ¡De qué sirven las mujeres en el poder si van a seguir actuando como los hombres en defensa del capitalismo! Basta con mirar lo actuado por el presente régimen, desde el rol que cumple la primera dama hasta lo que ejecutan sus ministras o congresistas para cerciorarnos de la justeza de la expresión.
Decía por eso que hay todavía mucho pan por rebanar. Fechas como las que hoy celebramos deben motivar la reflexión y educación, el examen minucioso del presente como también del futuro. Hay que tener fe, llegará el día en que hombres y mujeres construiremos un nuevo amanecer, siempre y cuando desde ahora persistamos en ese camino de lucha que se viene labrando desde el movimiento de los jóvenes en las ciudades, la defensa del agua y del medio ambiente en la sierra agobiada por el extractivismo, que también asola la amazonía, donde los pueblos pelean porque la ley de consulta previa sea realidad y no letra muerta, como hasta ahora sucede.
Un abrazo para ustedes...
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