martes, 24 de febrero de 2015

NI MANDRAKE...


El general Daniel Urresti, o el capitán "Arturo", como quieran ustedes llamarlo, ya está en las ligas mayores de la política criolla. Su presencia demuestra una vez más, de un lado, la decrepitud de esa política, su emputecimiento ininterrumpido desde los tiempos del fujimontesinismo; y de otro lado, los niveles de descomposición ideológica y política del partido oficialista, dispuesto, como bien dice don Rolando Breña, a aferrarse a "cualquier madero" con tal de sobrevivir.

Urresti o "Arturo" no trae nada nuevo. Lo dicen los comentaristas: en su sesera no hay ideas, propuestas, diagnósticos, proyectos, utopías. Su voceada candidatura bien podría ser apoyada por los cómicos ambulantes que hacen de la grosería su principal mercaderia,  las calatistas que pueblan la televisión peruana, los peloteros ansiosos de figuración, los adivinadores de la suerte...porque realmente el general pertenece al mundo del espectáculo banal, de la farándula huera.

¿Dudan de mi afirmación? Les recomiendo revisar las páginas 6, 7 y 8 del último número del Semanario Hildebrandt en sus trece. No hay nada de nada en la entrevista efectuada. Con razón el semanario en su llamada de primera dice: Urresti en la calle...

El ex ministro del interior es una creación de los medios de comunicación. Su rudimentario antiaprismo o antifujimorismo fue escandalosamente sobredimensionado, ocultándose dicho sea de paso su camuflado fujimorismo. Porque el general, debe saberse, es un seguidor del caco y asesino -lo revela en la entrevista aludida-  aunque busca ilusamente tomar distancia - como también lo hacen muchos- del montesinismo, como si no fueran  cara y sello de una misma moneda.

Esos medios han presentado a "Arturo" como un abanderado de la lucha contra la corrupción aprista y fujimontesinista, pero al igual que el general se han cuidado de no levantar polvo sobre el neoliberalismo construido y cimentado por fujimontesinistas, apristas, toledistas y ollantistas sobre la base justamente de la cutra,  del robo, del saqueo de las  arcas fiscales, del blanqueo de dinero malhabido, al que dicho sea de paso, el gran capital no ha sido ajeno.

En cuanto al partido de gobierno, su crisis no será paliada con la presencia de "Arturo". Como en cualquier partido de derecha ahora solo prima el cálculo electoral para cuidarse las espaldas cuando dejen el palacio de Pizarro. En las cabecitas de la pareja presidencial y sus ayayeros no hay otra mira que la de salir más o menos parados en la próxima contienda electoral. Con sus primigenias banderas hechas tiras, con una destartalada organización y una hemorragia de denuncias encima, ahora, desde sus posiciones de derecha, no quieren que la noche se les venga encima. A eso se ha reducido el que otrora fuera un promisorio partido. Ni el legendario Mandrake, el mago, los salva...

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