El general Daniel Urresti, o el capitán "Arturo", como quieran
ustedes llamarlo, ya está en las ligas mayores de la política criolla.
Su presencia demuestra una vez más, de un lado, la decrepitud de esa
política, su emputecimiento ininterrumpido desde los tiempos del
fujimontesinismo; y de otro lado, los niveles de descomposición
ideológica y política del partido
oficialista, dispuesto, como bien dice don Rolando Breña, a aferrarse a
"cualquier madero" con tal de sobrevivir.
Urresti
o "Arturo" no trae nada nuevo. Lo dicen los comentaristas: en su sesera
no hay ideas, propuestas, diagnósticos, proyectos, utopías. Su voceada
candidatura bien podría ser apoyada por los cómicos ambulantes que hacen
de la grosería su principal mercaderia, las calatistas que pueblan la
televisión peruana, los peloteros ansiosos de figuración, los
adivinadores de la suerte...porque realmente el general pertenece al
mundo del espectáculo banal, de la farándula huera.
¿Dudan
de mi afirmación? Les recomiendo revisar las páginas 6, 7 y 8 del
último número del Semanario Hildebrandt en sus trece. No hay nada de
nada en la entrevista efectuada. Con razón el semanario en su llamada de
primera dice: Urresti en la calle...
El ex ministro
del interior es una creación de los medios de comunicación. Su
rudimentario antiaprismo o antifujimorismo fue escandalosamente
sobredimensionado, ocultándose dicho sea de paso su camuflado
fujimorismo. Porque el general, debe saberse, es un seguidor del caco y
asesino -lo revela en la entrevista aludida- aunque busca ilusamente
tomar distancia - como también lo hacen muchos- del montesinismo, como
si no fueran cara y sello de una misma moneda.
Esos
medios han presentado a "Arturo" como un abanderado de la lucha contra
la corrupción aprista y fujimontesinista, pero al igual que el general
se han cuidado de no levantar polvo sobre el neoliberalismo construido y
cimentado por fujimontesinistas, apristas, toledistas y ollantistas
sobre la base justamente de la cutra, del robo, del saqueo de las
arcas fiscales, del blanqueo de dinero malhabido, al que dicho sea de
paso, el gran capital no ha sido ajeno.
En cuanto
al partido de gobierno, su crisis no será paliada con la presencia de
"Arturo". Como en cualquier partido de derecha ahora solo prima el
cálculo electoral para cuidarse las espaldas cuando dejen el palacio de
Pizarro. En las cabecitas de la pareja presidencial y sus ayayeros no
hay otra mira que la de salir más o menos parados en la próxima
contienda electoral. Con sus primigenias banderas hechas tiras, con una
destartalada organización y una hemorragia de denuncias encima, ahora,
desde sus posiciones de derecha, no quieren que la noche se les venga
encima. A eso se ha reducido el que otrora fuera un promisorio partido.
Ni el legendario Mandrake, el mago, los salva...
No hay comentarios:
Publicar un comentario