Ya estamos en el 2015 y no se necesita contar con una bola de cristal
ni apelar a las hojas de coca para darnos cuenta que el año,
políticamente hablando, no pinta bien para las grandes mayorías
nacionales. Con un gobierno que con el mayor desparpajo se ha puesto la
camiseta de la Confiep y las trasnacionales - los paquetazos económicos
aprobados y la ley pulpín lo han corroborado- solamente hay que confiar
en las fuerzas de los olvidados de toda la vida para hacer realidad nuestras
mayores aspiraciones. En esa perspectiva, las últimas movilizaciones de
los jóvenes peruanos constituyen un viento fresco, renovador. Raimon
Pannikar (1918-2010) solía decir que "todo pez que nade contra la
corriente está vivo". Esta es la dirección en la que están marchando las
indignadas juventudes peruanas, señalándonos un derrotero de pelea que
hay que hacerlo nuestro. El desafío está planteado. ¿No creen ustedes
que ha llegado el momento de pensar seriamente en que el poder debe
estar realmente en manos de quienes desde abajo, de sol a sol, dan vida a
este país?
Abrazos para todos, en este primer día del año 2015.
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