sábado, 20 de diciembre de 2014

PATÉTICA


Con sinceridad, nunca he visto tan mal a la señora Nadine como ayer en Huaycán.

Desesperada, fuera de sí, disparando contra todo y contra todos. En una palabra, doña Nadine estuvo patética al defender lo indefendible: la ley laboral que convierte a los jóvenes en carne fresca para la voracidad insaciable del gran capital y las transnacionales.

Mientras los jóvenes se preparaban para desbordar las calles y plazas limeñas, la primera dama, olvidando las promesas electorales de su esposo y obviando la gran trasformación que ellos han sufrido, lanzó al aíre expresiones y afirmaciones que cual bumerán le golpeaban el rostro.

La señora, por ejemplo, no puede hablar, muy alegremente,  de que quienes se oponen a la ley esclavista practican la politiquería barata, sin mirarse ella misma al espejo. Los videos colgados en youtube donde  se escucha al entonces candidato Humala ofreciendo el oro y el moro a los jóvenes,incluyendo el trabajo digno, son contundentes al respecto. Es una constante entre los poliqueros baratos embaucar a los electores, practicar la demagogia, vivir de las expectativas y demandas de los pueblos. Y esto es lo que está haciendo la pareja presidencial.

En ese sentido otra de sus expresiones de ayer: "No volteen la cara al país ni a los jóvenes", no pasa de ser una exclamación para las tribunas. En su campaña electoral la pareja le presentó al país una lectura, un diagnóstico de sus males crónicos, ahondados, dijeron,  por  las dos décadas del reinado neoliberal. En esa visión se sustentó su ofrecimiento de una gran transformación. Por ello votamos. La realidad de hoy es dura pero exacta: el ollantismo, poniéndose de rodillas frente a la gran burguesía y a las transnacionales - a la que responsabilizaban de los graves problemas económicos y sociales del Perú- no está haciendo, comas más o comas menos, sino lo mismo que hicieron sus antecesores, incluyendo al fujimontesinismo.


Finalmente, la señora Nadine tiene toda razón del mundo cuando afirma que su gobierno "trabaja con convicción". Desde que la señora y su cónyuge abandonaron los polos rojos que usaban en sus desplazamientos para optar por los de color blanco, asumieron con firmeza una reconversión ideológica y política que finalmente los llevó a ubicarse en la vereda de las plutocracias peruanas.

Con razón, el patriarca de los Humala acaba de decir " a mi hijo le han lavado la cabeza".

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