sábado, 13 de septiembre de 2014

SALVO EL PODER...

Salvo el poder todo es ilusión, decían los chinos en sus años de gloria socialista.

No se referían por cierto al poder personal, individualizado, jerárquico, que tal o cual persona podía ostentar en el desempeño de sus actividades, legales o ilegales.

La referencia era directa: se trataba del control de los resortes fundamentales de un país, económicos, políticos, coercitivos, mediáticos, ideológicos, que algunas clases o fracciones de clase suelen emplear en su beneficio, manteniendo incólumes tales o cuales regímenes económicos o sociales, tales o cuales políticas económicas.

Nuestros grupos de poder, bien podrían suscribir la olvidada expresión china. De otra manera no podría explicarse el cómo el capitalismo semicolonial no solamente sigue vigente en el Perú de nuestros días, sino que se extiende y multiplica modernizando y rearcaizando el país, como siempre ha ocurrido. O tampoco podríamos entender el cómo desde los años 90 del siglo XX el neoliberalismo, pese a sus limitaciones, incongruencias y contradicciones sigue imponiendo sus coordenadas, incluso a sangre y fuego.

Bien decía el politólogo Alberto Vergara en el 2012 cuando una revista le pidió un artículo sobre el primer año de gobierno del presidente Humala: "¿Tiene Ollanta Humala alguna importancia para lo que sucede hoy en el Perú? ¿No habría, más bien, que escribir sobre este pétreo sistema político, económico, cultural, que se apresta a cumplir veinte años en el país, y al que le da exactamente igual si los gobernantes son democráticos o autoritarios, exaltados o tímidos, expertos o novatos, con partido o sin partido?" (Ciudadanos sin República, Ed. Planeta, Lima, 2013, p. 233).

He ahí el quid del asunto. Por ello, en términos políticos, ponerse a discutir el poder que puede tener la señora Nadine o su consorte resultará útil en la medida que se le incorpore en una reflexión mayor: que clases o fracciones de clase son los que parten la jamonada en el país. En el Perú de los tiempos actuales no hay nada nuevo bajo el sol, como anteayer o ayer lo hicieron Fujimori, Toledo, García, la pareja presidencial simple y llanamente están operando bajo el mismo libreto. Hasta los tecnócratas, salvo uno que otro, son los mismos.

Por eso pregunto, con ello termino, ¿No será útil para el futuro del país que los pobres de la ciudad y el campo, que sufren en carne propia los estragos del sistema y sus pólíticas, comiencen a pensar seriamente, como los chinos lo hicieron en su momento, que salvo el poder todo es ilusión, y que por lo tanto bien vale la pena agendar tal aspiración?

Lo dejo ahí.

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