Estamos asistiendo al eclipsamiento ideológico y político de la
administración humalista, o si ustedes quieren de la borrachera
nacionalista que irrumpió en palacio de Pizarro en olor de multitud,
pero que a la vuelta de la esquina, entregado en cuerpo y alma al gran
capital y a las transnacionales, ya no es capaz ni de salir airoso en lo
que usualmente es un ritual de la democracia burguesa: la investidura de
un nuevo gabinete, en este caso presidido por la señora Ana Jara.
Las
últimas encuestas de opinión indicaban que la administración del
presidente Ollanta va cuesta abajo; los pantallazos mediáticos del
ministro Urresti le permitieron, en el marco de esa tendencia
descendente, remontar algunos puntos, pero analistas y
opinólogos coincidieron en que pese a todo el gabinete de la señora Jara
no iba a tener problemas con la votación, teniendo en cuenta, además, el
febril trabajo en pro de la misma – bancada por bancada- a la que se
dedicó la premier en los días previos a la sesión congresal.
No
les faltaba razón a los analistas y opinólogos. Total, salvo una
batalladora minoría congresal, reforzada últimamente con los disidentes
del humalismo, el resto de bancadas de oposición manejan las mismas
coordenadas económicas, políticas y éticas del humalismo, que los ubica
en el mismo campo de los defensores a muerte del sistema, del
neoliberalismo y de la nauseabunda política criolla del toma y daca, como
más de una vez lo han demostrado
¿Ustedes creen que el
Apra, el fujimontesinismo, el PPC, Perú Posible o los representantes de
SolidaridadNacional, para mencionar a los grupos más significativos,
tienen diferencias sustanciales con el humalismo?
Si han
seguido de cerca las intervenciones de esa oposición habrán constatado
que todos cojean del mismo pie. Por eso es que las críticas de esos
congresistas no pasaron de las cuestiones formales,administrativas, de
gestión, de planeamiento, de omisiones o inexactitudes en los 5 ejes en
que la señora Jara dividió su intervención: educación, salud, seguridad
ciudadana, crecimiento e inversión productiva y lucha contra
la corrupción.
Unos incidieron en la falta de capacidad
de gasto del gobierno ollantista; otros en la falta de reflejos
para enfrentar lo que consideran un bache de la economía, en referencia
al decrecimiento de ésta; los apristas, ya en campaña para el 2016,
contrastaron los niveles de crecimiento económico en el que el
presidente García dejó el país con los altibajos de la actualidad;
mientras que los más atrevidos yrabiosos cargaron contra los hoy
impresentables ministros de energía y economía por lobistas, y contra el
titular del interior, por el manejo mañoso de las cifras de sus
supuestos éxitos en la lucha contra el crimen organizado y la falta de
resultados en lo que se supone es una búsqueda “implacable” de los
mafiosos vinculados al poder estatal, hoy en la clandestinidad.
No
faltaron, es cierto, si observamos el conjunto de las
intervenciones, las referencias a la huelga de los médicos, a las idas y
venidas de la política energética, de la cual las múltiples variaciones
al proyecto del Gasoducto del Sur es un buen ejemplo, de la
inconsecuencia del gobierno en la aplicación de la ley de consulta previa
a los pueblos indígenas – muestra clara de su abdicación ante el capital
extractivista- a los abusos y atropellos de las empresas chinas en la
minería y en el agro – están llevándose la maca en camión- al asalto a
mano armada que significa la incorporación a lo bestia de los
trabajadores independientes al régimen de las AFP, a la falta de
interés por mejorar el salario mínimo de los trabajadores, a la prioridad
de prioridades que se le otorga a la gran minería,que contrasta con el
abandono de los pequeños y medianos productores del campo: los héroes de
la quinua, de la papa, de la oca, de la crianza de auquénidos…
Para
esas fuerzas de oposición, salvo para la minoría congresal de izquierda,
ninguno de esos cuestionamientosu observaciones pasa por la revisión
crítica del modelo neoliberal impuesto porel fujimontesinismo hace más
de 20 años. Bastaría que el humalismo, bajoneado por el revés político de
no haber obtenido una votación favorable en elcongreso, les ofreciera
la cabeza delministro Mayorga o mostrara en negro sobre blanco su
disposición a aceptar las propuestas de esos partidos – ofrecidas según
se denunció en las conversacionescon las bancadas- para que las aguas
vuelvan a su nivel. Ya ocurrió con el gabinete Cornejo, no sería raro
que suceda lo mismo con el que preside la señora Jara, de la que
dichos sectores han mostrado su disposición de no enemistarse, como
públicamente lo han señalado.
Con el humalismo en
crisis,golpeado interna y externamente, sin cuadros políticos de fuste
en el congreso– tiene un grupete de espadachines en lugar de bancada- no
sería difícil que tal situación acontezca. Pese a que la correlación de
fuerzas ya no le es favorable en el congreso y se acreciente su divorcio
con las masas populares, no se olvide, el humalismo sigue manejando
las riendas del poder, del que como buenos políticos criollos hacen hoy
uso y abuso, sin rubores…
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